A la sociedad le importa nuestra casa grande, ¿realmente
hacemos algo por preservar, conservar y proteger el único espacio de vida de
toda la humanidad? Lo cierto es que el mundo paulatinamente está entrando en un
proceso irreversible de destrucción y nosotros, que somos parte de la humanidad,
somos los principales responsables de esa destrucción.
Muchas personas a diario estamos botando basura. Muchos
dicen: “Pero es un poquito de basura, una envoltura de galleta más en la calle,
que no afecta en nada. Mañana otra persona bota otra basura y así sucesivamente;
ya se convierte en un basural. También los lagos y ríos sufren de contaminación
por los residuos sólidos y las aguas servidas de las ciudades. Por ejemplo, los
lagos Uru – Uru y Poopó en el departamento de Oruro son lagos sumamente
contaminados por las actividades mineras, por los residuos sólidos urbanos y
las aguas negras y servidas de la ciudad.
¿A quién le gustaría que su casa se queme y se
contamine? Creo que a nadie, pero sí estamos contaminado y destruyendo nuestra
casa grande, nuestra pachamama. Todos los fenómenos que están sucediendo en
nuestro planeta como el cambio climático; los maremotos; los tornados; los
tsunamis; etc., no se pueden culpar a la naturaleza; nosotros los seres humanos
en buena parte somos los responsables de dichos cambios.
La tecnología avanza a grandes pasos, lo que significa
mayor saqueo de los recursos naturales y más contaminación. Por ejemplo; si se
fabrican más automóviles, se aumenta la generación de toneladas de dióxido de
carbono hacia la atmosfera. Lo mismo ocurre con otras fábricas e industrias: a
mayor consumo más demanda hacia las industrias. Por ejemplo; antes pocas mujeres
utilizaban pañales desechables, ahora casi todos utilizan pañales, lo que
significa que las empresas que fabrican estos pañales tienen que aumentar su
producción y tiene más ganancias, por lo tanto están felices y contentas.
Bajo ese contexto, podemos afirmar que poco a poco
nuestra pachamama está sufriendo grandes cambios y muchos de ellos ya son
irreversibles. Ya no podemos tapar nuestros ojos frente a esa realidad. Nuestra
casa grande ya no es como antes, la temperatura está subiendo paulatinamente.
En un día podemos pasar las cuatro estaciones del tiempo. El aire que
respiramos poco a poco ya no es puro, ya está contaminado por monóxido y
dióxido de carbono.
Otro problema grande que se tiene es el agua. Sabemos
que a nivel del planeta solo tenemos 2.5% de agua dulce, el resto del agua es
agua salada que se encuentran en los océanos. Por tanto el agua paulatinamente
se está convirtiendo en un problema mundial.
Muchos pueblos actualmente sufren por el acceso al agua. Por ejemplo,
las comunidades de la subcuenca Antequera en el departamento de Oruro tienen
graves problemas de agua, en largas épocas ellos tienen que llevar agua de
otros lugares. Este problema se ha suscitado desde la incursión de actividades
mineras en la zona. Los comunarios indican que la empresa minera Sinchi Wayra
ha cortado las fuentes de agua subterráneas a su beneficio, por eso no hay agua
en los pozos y las aguas de los ríos están sumamente contaminadas. Además el
nivel freático del agua ha bajado; uno ya no puede encontrar agua en los pozos
a pocos metros de la superficie. Esta
realidad de la subcuenca Antequera, seguramente pasa en muchos otros lugares.
Otro dato importante es del 100% de agua dulce, el 65%
la utiliza la agricultura; sin agua no hay alimentos. Pero también la industria
utiliza el 30% del agua dulce. Es decir que la industria sin agua no funciona;
para fabricar cualquier artefacto se necesita agua. Solo el 5% del agua se
utiliza en labores domésticos. Frente a esa realidad el agua se convierte en un
problema social y el riesgo de que se acabe no es una burla, es una realidad
que muchos pueblos ya están viviendo.
La codicia y el poder son los enemigos de nuestra casa
grande. Las grandes empresas transnacionales son las culpables de las múltiples
crisis que vivimos, son ellas las que permanentemente están agotando y
saqueando nuestros recursos naturales para lucrar. Por ejemplo, las empresas mineras
transnacionales saquean nuestros minerales para fabricar autos, maquinarias y
otros artefactos. A consecuencia de este saqueo, las empresas mineras nos dejan
sus impactos socioambientales para toda la vida y para las futuras
generaciones.
“Justicia ambiental” es el grito de muchos pueblos y
comunidades, frente a toda esta injusticia que se está realizando a nuestra pachamama.
Es ahora o nunca. Tomemos conciencia y luchemos juntos por un mundo mejor; cada
acción en favor de nuestro medio ambiente vale y cuenta. Tenemos un solo planeta
y es la única casa donde podemos vivir.
Limbert Sánchez Choque
CEPA
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