lunes, 16 de agosto de 2010

Identidad étnica y culturas

Liliana (UTO-Comunicación): Cuando se menciona al CEPA, se piensa sobre todo a la defensa del medio ambiente, pero la institución tiene también otra ala: los pueblos andinos...

Gilberto (CEPA): Si, en el momento de de la fundación del CEPA (1995), no existía todavía el estado plurinacional, así que no podíamos hablar de las naciones andinas. Efectivamente, para el "Centro de Ecología y Pueblos Andinos", los dos temas –medio ambiente y pueblos originarios- tienen la misma importancia. De hecho, la relación con el medio ambiente es una parte constitutiva de la cultura y por el otro lado la cultura se moldea a partir de la naturaleza del territorio. Son dos aspectos de la convivencia humana, que están interrelacionados.

Liliana: ¿Cuál es el objetivo del trabajo del CEPA con las culturas?

Gilberto: En eso se puede ver una evolución. Inicialmente el objetivo principal era revalorizar las culturas en todos sus aspectos; se ha querido redescubrir su historia y registrar la memoria histórica oral. La finalidad era: contribuir a un mayor equilibrio entre las diferentes culturas y pueblos en el departamento de Oruro, empoderando a los débiles y excluidos. En este sentido falta mucho que hacer todavía, pero en pocos años hemos visto grandes cambias. Actualmente existe mayor participación de todos, de tal manera que ahora hablamos más bien de la construcción de una convivencia intercultural equitativa. Los grupos originarios y culturales están compartiendo el mismo territorio ya desde siglos, pero no en forma igualitaria. Superar esta desigualdad es uno de los mayores desafíos de nuestros tiempos. Vivemos en una sociedad con una diversidad cultural sumamente rica, pero no existe equidad entre grupos y personas.

Liliana: ¿Te refieres al racismo? ¿Quieres decir que CEPA pretende luchar contra el racismo?

Gilberto: "Racismo" es un concepto difícil. Un profesor de la universidad de Lovaina, que da clases sobre la sociedad multicultural, me contó que, cada vez que se atrevía a utilizar la palabra "racismo", le interrumpieron abiertamente sus estudiantes, diciendo: "Profesor, no podemos hablar de 'racismo' aquí, porque no existen 'razas' humanas. Las diferencias superficiales entre los grupos humanos no permiten hablar de 'razas'."

Este quiere decir que, en esta visión, hablar del color de la piel, por ejemplo, no debe tener más importancia que hablar de gordos y flacos o de grandes y pequeños. Los seres humanos permanentemente nos subdividimos en diferentes grupos a base de una o otra característica, pero muchas veces las diferencias en el interior del mismo grupo tienen mayor significado que las diferencias entre los grupos. La subdivisión en grupos étnicos o culturales, pueblos o naciones, no puede justificar discriminación. Por eso, en vez de hablar sobre 'racismo', podemos hablar de relaciones interculturales e interétnicas y sus problemas inherentes.

Liliana: ¿Cuál es la diferencia entre "interétnico" e "intercultural"? ¿Por qué se utiliza siempre las dos palabras para algo que parece lo mismo?

Gilberto: Si, hablamos de grupos étnicos y grupos culturales, de identidades étnicas y culturas, de cambios socio-culturales y conflictos interétnicos, etc… Cuando decimos 'etnicidad', nos referimos al origen del grupo. Son personas que se consideran y son consideradas como del mismo origen, que tienen, en un pasado lejano o mítico, la misma procedencia. Son familiares entre ellas, digamos. Y cuando más bien, hablamos de "culturas", nos referimos a personas que, de alguna manera o por alguna razón, comparten la misma manera de vivir, en una serie de aspectos importantes, independiente de sus orígenes. Los grupos étnicos utilizarán algunos rasgos culturales para expresar su originalidad, pero eso no quiere decir que “identidad étnica” y “cultura” sea lo mismo.

Liliana: Es muy teórico lo que estás explicando ahora. ¿Cómo se aplica eso, por ejemplo, a la realidad de Oruro?

Gilberto: La población de Oruro se presta muy bien para ilustrar esta visión. En Oruro, fundamentalmente, la división étnica se base en tres períodos históricos: el tiempo de la luna, el tiempo del sol y el tiempo a partir de la conquista colonial. Cada orureño, consciente o inconsciente, se identifica étnicamente con una de estas épocas. Unos se consideran como "chullpa puchu", “resto de los chullpas” o uru, sobreviviente del tiempo (mitológico, digamos) de la luna, en que todavía no existía el sol. La mayoría, sin embargo, se identifica como Aymara o Quechua, jaqi o runa, originarios de después de la salida del sol (que es históricamente la llegada del hijo del sol, del Inca) Y finalmente otro sector de población se identifica o es identificado como blanco o q'ara, como descendiente de conquistadores o como inmigrante. No hay cómo escapar de eso: todos se identifican con uno de estos tres épocas y muchas veces además con una de sus subdivisiones como Chipayas o Muratos -o Urus del Lago Poopó-, como Caranga, Sura y Quillaca y sus subdivisiones internos o como migrantes de tal o tal lugar de origen. Todos inevitablemente adoptamos y/o recibimos una de estas identidades a pesar de tener rasgos culturales de las otras épocas. Las relaciones entre estos diferentes grupos antropológicamente se llaman relaciones interétnicas.

Liliana: ¿Y cuál es la diferencia con grupos interculturales?

Gilberto: En y entre grupos étnicos existen una serie de grupos culturales. Reconociéndose de un mismo grupo étnico, las personas viven de maneras muy diferentes y como tal pertenecen a otros grupos según su trabajo, lugar de residencia, educación, características físicas, estatus social, poder económico, religión, etc... Así se habla, por ejemplo, de la cultura o subcultura minera, la pesquera, campesina, de comerciantes y otros gremios. Todos estos sectores tienen sus propias "tradiciones y costumbres", maneras propias de vivir, de organizarse y de relacionarse con el mundo. Son grupos con características propias; por eso se les llama grupos culturales. En este sentido todos los grupos étnicos o originarios son además grupos culturales, pero solo una fracción de los diferentes grupos con rasgos culturales propios, se refieren a un origen común en una determinada época histórica. En otras palabras: pocos grupos culturales son además originarios.

Liliana: ¿Y qué quiere hacer el CEPA en esta gran diversidad de grupos en la sociedad? Cada uno tendrá su manera de expresarse, sus valores, sus intereses también,...

Gilberto: Si, y cada uno quiere que se respeten sus derechos, su originalidad, sus recursos, su autonomía relativa,.... La diversidad es una riqueza enorme, pero al mismo momento puede dar origen a un sin fin de problemas y conflictos, grandes y pequeños, puntuales y permanentes. Como institución estamos presentes en esta problemática, acumulando información, investigando, acompañando, animando y cuestionando, capacitando, organizando, con un gran objetivo: construir equidad, procurar el respeto a los derechos de cada uno. Eso implica una opción por los excluidos, los empobrecidos, los menospreciados, los marginados,...

Liliana: ....en contra de los que provocan estas desigualdades y discriminaciones.

Gilberto: Inevitablemente. De hecho no queremos estar en contra de nadie, pero, claro, hay personas y grupos que se sienten interpelados.

Liliana Berrios
UTO - Carrera de Comunicación

El Buen Vivir: para que todos tengamos vida en plenitud

Del 21 al 23 de Julio en Quito Ecuador se ha reunido la X Asamblea Continental de Amerindia con representación de 19 países de América Latina y el Caribe, Estados Unidos y otros invitados, con el fin de proyectar su misión para los próximos años, a partir de ciertos objetivos específicos: consensuar desafíos para caminar desde un análisis de la realidad socio-eclesial ; diseñar la planificación para los próximos cuatro años; luminar nuestra proyección en el continente desde la perspectiva de la fe que fortalezca nuestra esperanza y compromiso; avanzar en la organización interna de Amerindia para un mejor servicio.

El movimiento Amerindia tuvo su origen en 1978 durante la preparación de la Conferencia Episcopal de Puebla; de allí se fue expandiendo hacia el norte: Estados Unidos y Canadá. Más que un grupo, es una red que vincula a por lo menos 19 países, en la que están presentes hermanos católicos, cristianos, obispos, laicos y laicas organizados, jóvenes, religiosas/os sacerdotes y seminaristas, espacios ecuménicos,... todos como una fuerza que puede ser convocada para que la iglesia pueda encontrar caminos de autenticidad y de fidelidad al Evangelio.

En el evento se analizó un nuevo componente en la realidad de América Latina y el mundo: la emergencia cada vez mayor de los pueblos en base a sus identidades, culturas y cosmovisiones. En función de ello se planteó la siguiente pregunta:

¿Cómo la iglesia puede aportar positivamente en un proceso de cambio e integración?

La iglesia hoy debe cambiar de actitud. Según José Antonio Pagola, “lo más importante no es elaborar análisis sociológicos, sino intentar una lectura más profética de la situación actual de la iglesia. Aunar esfuerzos para ir viendo con claridad las preguntas clave que nos hemos de hacer, y escuchar mejor lo que dice el Espíritu a las iglesias. El giro que necesita el cristianismo actual consiste en volver a Jesucristo, centrarse en su persona y en su proyecto del Reino de Dios. Esto es lo que puede marcar de manera decisiva y positiva el futuro del cristianismo. Esta conversión más radical a Jesús, el Cristo, es lo más importante que puede ocurrir en la iglesia en los próximos años”.

“Mientras no sepamos hacer con Jesús algo más que una religión, el cristianismo no estará desarrollando todas sus posibilidades como movimiento llamado a profundizar y actualizar la lucha por el Reino de Dios inaugurado por Jesús. Por eso, el cambio que necesitamos para que no quede reducido a una religión encerrada en sí misma y en su pasado, es una conversión y una renovación espiritual sin precedentes”.

Volver a Jesús y su proyecto del Reino de Dios. ¿Qué es este proyecto del Reino de Dios?

En la perspectiva de la Asamblea de Amerindia y como reflejo de numerosos planteamientos teóricos y teológicos, ya no se habla del concepto clásico de "desarrollo" sino del "vivir bien", como una alternativa al modelo civilizatorio actual, que se ha constituido en depredador de los recursos naturales. En cambio, a partir de este otro concepto se busca mantener el equilibrio. En consecuencia y como conclusión se incorpora, como el nuevo paradigma a seguir, el concepto del “sumaj kawsay: para el buen vivir, o para vivir bien”, en el que se encuentra reflejada la propuesta del Reino de Dios y que está en armonía con toda la tradición cristiana.

Si bien es mérito de los pueblos originarios el haber elaborado y expresado en forma sintética el concepto, el "buen vivir" está dentro del alma del hombre, en su naturaleza profunda, como un deseo de la humanidad para encontrar caminos que no sean de depredación de los recursos naturales y de competencia entre seres humanos, sino que haya armonía con la creación misma. Ya lo señalaba el pensamiento social de la iglesia y el Evangelio, cuando hablan del bien común, “para que todos tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn. 10:10).

Ésta idea tan interesante y tan evangélica se plasmó en un objetivo general que responde a una nueva visión para Amerindia: “desde la identidad cristiana liberadora, debemos promover la participación de cristianos y cristianas en la nueva visión del 'buen vivir', desde un compromiso de fe con base en la opción preferencial por los pobres, a ser desarrollado tanto internamente como con las organizaciones sociales y en el seno de la propia iglesia”.

El encuentro de Amerindia Continental no busca integración en si mismo, sino contribuir a que los pueblos en emergencia logren diseñar una nueva visión, basada en el diálogo intercultural e interreligioso a partir de este concepto del "buen vivir", en el que estamos todos involucrados.

Por ello, Amerindia Oruro, en coordinación con la APDH, invita a todos los interesados a ser participe del 7mo. Diálogo Abierto sobre “El Buen Vivir: Para que todos tengamos vida en Plenitud”, el día miércoles 11 de Agosto a horas 18:30, en el salón de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, calle Cochabamba Nº 745 Presidente Montes y La Plata.

AMERINDIA ORURO