martes, 24 de febrero de 2015

Tras la tragedia ambiental: Pesqueros del lago Poopó buscan viabilizar proyectos de remediación

Varios pesqueros del lago Poopó quedaron sin fuente de trabajo. A través de la Coordinadora de Pescadores del lago Poopó que fue creada recientemente tras la tragedia ambiental suscitada en noviembre del pasado año que mató a millones de peces, se pretende viabilizar proyectos de remediación para limpiar el lago que actualmente está lleno de lodo y sal, donde no puede existir vida para ninguna especie.

El director del Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA), Gilberto Pauwels manifestó que representantes de su institución, desde el desastre ambiental ocurrido en noviembre, se reunieron con los afectados de la comunidad de Untavi, de El Choro, Poopó para ayudar a gestionar acciones de remediación del lago.

Mencionó que el principal logro fue organizar a los pescadores en una coordinadora para que puedan hacer su representación ante los diferentes ministerios, la Gobernación y municipios.

Aseveró que es importante que las autoridades trabajen de forma directa con los pescadores porque ellos conocen el lago Poopó, desempeñan sus funciones en este lugar y pueden contribuir de gran manera a diseñar estrategias.

Sostuvo que es grave lo que ocurre en el lago Poopó, puesto que el espejo de agua es mínimo, más de un metro está cubierto de lodo y sedimentación que incluso impide el ingreso de las lanchas, además existe capas de sal que impedirán el desarrollo de cualquier especie.

Explicó que el naufragio en el lago Poopó de Eulogio Ríos que ingresó el 5 de febrero y prácticamente se plantó en medio del lodo, muestra lo grave de la situación y la desesperación de las personas por su sustento de vida que es la pesca.

Pidió a las autoridades actuar de forma pronta en la limpieza para salvar al lago Poopó, porque de lo contrario hay el riesgo de que se convierta en salar, pero no con sal que sirve, sino un terreno salitroso donde no exista vida, lo que sería un desastre para Oruro.

Participación de los Urus del lago Poopó en el Anata Andino 2015

La XXIII versión de Anata Andino en la ciudad de Oruro, se celebró el día jueves 12 de febrero, con la participación de pueblos y naciones originarias del departamento de Oruro y algunas comunidades de departamentos vecinos. Esta celebración festiva relacionada con el momento productivo de la precosecha y el periodo final de la estación de lluvias en el Altiplano, también es una ocasión para que los pueblos originarios puedan reafirmar su identidad cultural y expresar sus demandas y aspiraciones colectivas.

Más de un centenar de comunidades hicieron la presentación de música y danza propias de la época: tarqueada, pinkillada, moceñada, poniendo de manifiesto la diversidad cultural de las altas tierras andinas. Destacamos la participación de los Urus del lago Poopó, milenario pueblo del territorio orureño, particularmente la comunidad Uru de Llapallapani (ubicada en el Municipio de Huari de la provincia Sebastián Pagador). En palabras de una de las autoridades Uru, Adrián Quispe, “los Urus estamos recuperando las tradiciones de nuestros ancestros, que desde antes realizaron costumbres de agradecimiento al lago Poopó en la época de Carnaval; ahora estamos presentes en el Anata Andino para demostrar a los hermanos orureños la cultura de nuestro pueblo, también para que nos conozcan porque muchos ya se han olvidado de nosotros, los Urus del lago Poopó”.

La danza presentada por los Urus del lago Poopó fue una traqueada estilo comparsa. Medio centenar de comunarios de Llapallapani, varones y mujeres, ingresaron a la cabeza de sus autoridades originarias que portaban un banner con el nombre de “Nación Qot Zoñi, Urus del lago Poopó”, también mostraba la imagen de un hombre Uru con postura de lucha, complementada con el rótulo posterior de “Tierra y territorio para nuestro pueblo milenario”, ya que esta es la demanda principal para un pueblo que actualmente vive en espacios de tierra insuficiente, lo que deriva en las precarias condiciones económicas de las familias Uru, además que pone en riesgo la continuidad de su milenaria cultura. Al momento de su ingreso en la Av. Cívica, lo Urus entonaron una canción que hacía referencia a la situación crítica en que se encuentra el lago Poopó, con riesgo de secarse debido a los efectos de la contaminación y el cambio climático, lo que también tendría consecuencias negativas para este pueblo de pescadores tradicionales.

Marcelo Lara Barrientos
UNIDAD DE CULTURAS – CEPA

LA PICHCA: UN DADO ORÁCULO EN LA ETNOHISTORIA ANDINA



En los Andes prehispánicos, según las fuentes coloniales del siglo XVI - XVII, la pichca fue utilizado por los sacerdotes Layca umu o Huaca uillac como oráculo de comunicación con las Huacas, en un tiempo de cierre y apertura del ciclo agrícola. Pero, los extirpadores de idolatrías destrozaron la gran mayoría de las Huacas principales y otros sitios oraculares. La pichca de la época colonial, sufre ciertas transformaciones morfológicas y su sentido ritual religioso, mestizándose el objeto con el ‘dado’ europeo en juego de fortuna y pasatiempo. Es a principios de la época republicana ss. XVIII – XIX, que el juego de pichca retoma su sentido ritual religioso con el dado óseo (astrágalo) de llama en los ritos funerarios como “carni pichca” en los juegos de velorio y lavatorio. En el s. XX se establece como ceremonia lúdica anual en la fiesta difuntos, tiempo en que se vuelven las almas trayendo las lluvias para la apertura del ciclo agrícola.

El ámbito geográfico de dispersión del juego de pichca es panandina y abarca todo el territorio espacial de la época del Tahuantinsuyo. Así en el contexto boliviano, se tiene los hallazgos de un pequeño dado cerámico de forma trapezoidal del estilo cuzqueño por Gyamarti y Condarco (2005) en el sitio arqueológico de Paria. Una pieza cónica de tres anillos paralelos en piedra arenisca rojiza, fue recogida en una prospección en el valle alto de Cochabamba por M. Muñoz (2007). Tiene las características del estilo araucano.  Asimismo, durante las excavaciones del CIAS en el sitio arqueológico de Samaipata, Alcazar (2007) desentierra en la estructura mayor de la Kallanka, 4 piedras ceremoniales. Una de ellas tiene la forma trapezoidal con marcas incisas diagonal - zigzagueantes de color amarillento. Tiene las características de una pichca oracular estilo Huarochiri. Finalmente en la excavación de Piñami, Anderson y Terceros (2011) encuentran en un antiguo enterratorio, un cilíndrico óseo de llama de 2,5 cm con orificios en sus lados. Tiene las características de pichca funeraria del estilo wayro quiteño.

En el trabajo etnográfico en la comunidad de Huarancoco (Oruro), G. Huarita (2014) pudo evidenciar la continuidad simbólica contemporánea del objeto. En este lugar se pudo observar el empleo de una diminuta pichca de azufre de forma cónica por un yatiri que responde al nombre de Julián Ayala y precisamente para leer el oráculo y en otras ceremonias rituales de la región.

Genaro Huarita Choque

viernes, 20 de febrero de 2015

Desesperación y solidaridad entre los Urus del lago Poopó

Herramienta auxiliar
Dos meses después de lo ocurrido el desastre natural en el Lago Poopó con la muerte de aves y aproximadamente 30 millones de pejerrey, y sin recibir a la fecha el apoyo correspondiente por la Declaratoria de Emergencia, la preocupación, desesperación y necesidad hizo que un hermano del Pueblo Uru Llapallapani, un día jueves 5 de febrero, entró al Lago Poopó, concretamente al sector denominado “Totora”, extremo norte del Lago Poopó, para observar y verificar la intensidad del agua y la reproducción natural de peces, que se constituye recurso único y fuente de subsistencia para la familia Uru. El pueblo Uru al que nos referimos no tiene suficiente cantidad de tierras para su actividad agrícola y ganadera.

El hermano Eulogio Ríos, allá en “Totora”, después de haber ordenado sus herramientas de pesca, decidió trasladar las mismas a su comunidad de LLapallapani navegando en la poca densidad de agua. Ya al atardecer, - relató - vino un intenso viento que lo arrasó al extremo del lago, sector donde se acumula una masa intensa de lodo en el que hizo grandes esfuerzos para salir del lugar. Avanzó poco con el bote por cuanto el mismo se había agujereado, por lo cual había entrado mucha agua. Al día siguiente, viernes 6 de febrero, decidió abandonar el bote y solo tomó el pequeño botecito de tamaño de un metro de largo por 50 centímetros de ancho, que acostumbran tenerlo siempre como auxilio. Cuenta que emprendió marcha por medio del lodo que tenía una profundidad de un metro, el mismo que dificultó dar pasos más ligeros. Sin embargo, había continuado con su marcha día y noche con el ánimo y esperanza de llegar a su comunidad. Pero, en su andar, se presentó un obstáculo cual era una masa de sal de un grosor de aproximadamente 5 centímetros que lastimó con quemaduras ambos pies del hermano, lo que le impidió avanzar hacia su comunidad. Sin embargo, los días sábado 7 y domingo 8 continuó con su marcha por el denso lodo, ya muy cansado porque se le había agotado su alimentación y agua.

El día domingo 8 por la noche, al ver que la distancia era muy largo para llegar a su comunidad y al no contar con agua ni comida y estando débil físicamente, decidió llamar por medio de su celular a su señora esposa informando que no le es posible salir del medio del lago por que se encontraba atrapado por el lodo. Cuenta que en ese momento había pensado en morirse de una vez; pensó que nadie podía entrar a salvarle por la imposibilidad de ingresar hasta ese sector.

La mañana del día lunes 9 de febrero, las autoridades originarias del pueblo Uru Llapallapani, tomaron conocimiento de lo ocurrido a través de su esposa que muy preocupada lo había comunicado a sus parientes y estos a las autoridades. De inmediato se reunió la comunidad en general y se organizaron para socorrerlo y rescatarlo. Se conformó una comisión  de 7 comunarios, entre ellos Irineo Mamani y Cosme Choque, quienes partieron a eso de las 09:00 am, para el rescate de Eulogio Ríos. A las 13:30, el primero de ellos dió alcance al hermano atrapado, donde Eulogio le contó lo que había pasado; seguidamente fue alcanzado por Cosme quien le alcanzó agua en botella de plástico. Ambos se dieron cuenta que se encontraba muy débil y decaído por la falta de agua y alimentación. Vieron también que tenía muy lastimados sus pies y sus piernas, lo que le impedía avanzar por el lodo y por la sal.

Entre tanto, las autoridades originarias Urus de Llapallapani y comunarios intentaban comunicarse con organizaciones e instituciones de Oruro, entre ellas con el CEPA que de inmediato coordinó con otras instituciones entendidas en estos casos, como con la Unidad de Bomberos y otros.

La comisión volvió a la comunidad a Hrs. 21:30 desde el lugar donde se encontraba atrapado el hermano Eulogio. Ellos habían partido a Hrs. 14:30. Llegando a la comunidad después de un viaje de retorno de 7 horas, informaron a las autoridades y a la comunidad en su conjunto sobre la imposibilidad de rescatarlo y la inaccesibilidad de ingresar hacia el lugar donde se encontraba atrapado el hermano Eulogio, por la situación del lago, la sal y la densa cantidad profunda de lodo existente desde las orillas del lago hasta el lugar donde se encontraba el hermano. 

El día martes muy temprano, jóvenes Urus voluntarios decidieron ingresar al lago para poder intentar el rescate. Partieron a las 04:30 de la madrugada de la comunidad para luego entrar a las aguas saladas del lago a eso de las 06:00 de la mañana. Llegaron al lugar donde se encontraba el hermano a las 10:30.

Entre tanto, autoridades y comunarios hacían gestiones ante las autoridades de gobierno para el rescate por medio de un helicóptero. A mucho ruego fue proporcionado por el Gobierno; el Presidente Evo Morales en persona dispuso el rescate por este medio de transporte. Es así que al promediar las 11:45 horas el helicóptero aterrizó primero en la comunidad de Llapallapani para luego de inmediato dirigirse hacia el lago para el salvamento, acción que fue realizada a Hrs. 12: 15. Desde allí se trasladó al hermano Eulogio Ríos  a la ciudad de Oruro para su internación en el hospital San Juan de Dios, donde recibió atención médica y medicamentos proporcionados por el Centro de Ecología y Pueblos Andinos.

AGRADECIMIENTO
Por el rescate realizado los Urus de Llapallapani, agradecieron al CEPA, al Gobierno actual, Defensa Civil, Unidad de Bomberos de la ciudad de Oruro y a Víctor Hugo Vásquez, quien coordinó con el Gobierno de Evo Morales Ayma.

ENSEÑANZA QUE RECIBIMOS DE LOS URUS
Una de las experiencias y enseñanzas que recibimos de los Urus, es la solidaridad que demuestran a la ciudadanía de Oruro, un valor que aún perdura en estos pueblos. Se podría considerar que los Urus del lago Poopó son una reserva moral. La sociedad en su conjunto debe valorar el alto espíritu comunitario que tienen los Urus del lago Poopó.

RECOMENDACIÓN
Es muy importante pensar en la implementación de un helicóptero  para el Departamento de Oruro, para poder atender esta clase de emergencias, que pueden ocurrir, no solamente en el lago, sino en otros lugares como con inundaciones o derrumbes.

Apolinar Flores
PROGRAMA URUS – CEPA

Salvemos al lago Poopó y sus habitantes inmemoriales: los Urus

El lago Poopó y los pueblos Urus que habitan sus orillas están estrechamente ligados desde tiempos remotos. Durante siglos, sino milenios, el lago Poopó ha brindado alimento y cobijo a uno de los pueblos más antiguos de los Andes. Como un pueblo de pescadores, cazadores y recolectores, los Urus desde sus ancestros aprovecharon la generosidad del lago Poopó, alimentándose de peces, aves y plantas acuáticas: karachis, tarakas, chuqas, pariwakas, totoras, etc., para nombrar solo algunos de los recursos lacustres. En la memoria y concepción Uru, el lago ha sido y es su fuente de vida, motivo por el cual pertenece a su universo sagrado llamándole nuestra “Quchamama”, actitud que se hacía evidente en sendos rituales para homenajear a los “jalsuris” (ojos de agua o remolinos) o espíritus sagrados que habitan el lago Poopó. La misma identidad de los Urus de esta región se define por el lago mismo, ya que se autoidentifican como “Qot Zoñis” (gente del lago).

Frente a tales antecedentes, resulta inaudito el hecho ocurrido hace pocos días, cuando un Uru quedó varado en medio del lago, enterrado hasta la cintura en el lodo. Un episodio dramático y sin precedentes, según narra el afectado Eulogio Ríos, además de los testimonios de sus hermanos, los comunarios Urus de Llapallapani, quienes intentaron asistirle sin éxito. Con temor y pena los Urus acudieron a las autoridades nacionales y departamentales en busca de ayuda, logrando finalmente la asistencia de los bomberos de Oruro y de un helicóptero puesto a disposición por el Presidente Evo Morales, con la valiosa gestión de Víctor Hugo Vásquez. Finalmente, el hermano Eulogio fue rescatado y recibió atención médica en el Hospital General de la ciudad de Oruro. Eulogio Ríos regresó a su comunidad sano y salvo. Fueron horas de angustia en la que nos encontramos comprometidos los técnicos de CEPA, que intentamos contribuir al rescate, estando al lado de la comunidad, alertando a los medios de comunicación y a las autoridades, contribuyendo al restablecimiento de la salud del hermano Eulogio. Sin embargo, nuestra preocupación no ha terminado ahí, aún nos queda la interrogante: ¿Cómo es que un pueblo de expertos pescadores y navegantes milenarios del lago Poopó, pueda atravesar por estas situaciones?

La primera respuesta es sencilla, el lago se está secando; pero, decir el por qué es más complejo. El ecosistema del lago Poopó, tanto en la percepción de los propios Urus como en los estudios ambientales sobre el tema, está sufriendo el impacto de las acciones humanas: primero, relacionado con un manejo no planificado de las aguas de los ríos tributarios del lago (para agricultura y minería); segundo, por la permanente contaminación provocadas por las operaciones mineras que vierten sus desechos en el lago Poopó, lo que sin duda afecta a la calidad de aguas y la biodiversidad; tercero, al cambio climático que en un ambiente de altura como es el Altiplano provoca altos índices de evaporación de las aguas del lago. Cada vez menos agua y menos recursos, parece ser el futuro del lago Poopó; por tanto, con consecuencias en la vida de los pueblos que viven de él. Está claro que los cambios en el ecosistema lacustre afectan también al sistema de conocimientos ancestrales de los Urus; el hermano Eulogio había tomado una ruta no muy usual, pero que él conocía desde joven para llegar hasta su comunidad; de repente, se encontró con simplemente lodo, el agua se había esfumado; y ni siquiera se trataba de la orilla, sino del centro mismo del lago. En consonancia con los hermanos Urus que claman por salvar a su Quchamama, nosotros sostenemos que es apremiante asumir medidas para la preservación y rehabilitación del lago Poopó; sin duda que para ello tendrán que invertirse muchos recursos económicos, pero será igual de importante que se invierta la voluntad de hacerlo, mucha voluntad de parte de las autoridades. Si la noticia del hermano Eulogio les parece un caso aislado, deben recordar que por razones similares en noviembre de 2014 murieron millones de peces y centenares de aves en el lago Poopó.

Otro elemento que quisiéramos analizar aquí, es de la situación económica de las familias Urus, recordando que su principal fuente de ingresos es la pesca. Como dijimos anteriormente, los Urus son un pueblo de pescadores desde sus ancestros; las actividades agropastoriles se encuentran limitadas para ellos, debido a la tierra insuficiente con la que cuentan. Los Urus viven en muy pequeñas porciones de tierra que apenas alcanzan para el cultivo de algo de quinua y papa, no siendo sustancial para la economía de sus hogares; por ello que siguen apostando a su actividad tradicional que es la pesca, que para la mayoría de las familias Urus les permite generar recursos para la manutención de sus hijos: alimento, salud, educación, etc. Es muy probable que el hermano Eulogio no haya tenido más remedio que entrar a pescar en una época del año que sus numerosos hijos requieren de material e insumos escolares, aún con el riesgo de no encontrar pescado, dado el desastre ambiental del año pasado; pero, ¿qué más podía hacer un pescador sin tierras o con tierras insuficientes? Es obvio que pueblos como los Urus merecen especial atención por parte del Estado, y no solo con programas de asistencia coyuntural como cuando se les ofrece alimentos, sino atendiendo sus principales demandas y necesidades, mismas que fueron claramente expresadas en la marcha hacia la sede de gobierno que protagonizaron en marzo de 2013: tierra y territorio para los Urus del lago, salvar al lago Poopó de la contaminación y los efectos del cambio climático, grandes proyectos alternativos de desarrollo económico para las familias Urus.

Marcelo Lara Barrientos
UNIDAD DE CULTURAS – CEPA

ANATA. Agradecer a los antepasados y a la Pachamama con flores, bailes y música para frutos y crias

Hablar del Anata Andino es hablar de la diversidad cultural existente en las comunidades del área rural de nuestro departamento. En esta celebración podemos ver, comprender, sentir y vivir la diversidad de expresiones en el Carnaval de Oruro en relación a la época del Jallupacha (tiempo de lluvia) del calendario del mundo andino.

Realizar un estudio general y en profundidad del Anata Andino, en este contexto, es bastante complejo, ya que cada comunidad, ayllu y pueblo indígena originario campesino tiene su propia particularidad. Esta celebración se encuentra estrechamente ligada al florecimiento de los campos y los primeros frutos de la producción agrícola; en consecuencia, es parte del agradecimiento a la Madre Tierra por los productos de la temporada de lluvias en la época del Jallupacha. “Es el tiempo de agradecimiento a la Pachamama por el florecimiento de los campos y el crecimiento de las crías de los animales. Por tanto, hablar del Anata Andino es hablar de la riqueza multicultural y de la dimensión religiosa de agradecimiento por la lluvia y los productos agrícolas y pecuarios”.

Este agradecimiento a la Pachamama se celebrará al son de instrumentos propios de la época, como son la tarka, la moceñada, el pinquillo, el t’uruma y la qunquta. Estos instrumentos permiten a los comunarios dialogar con la naturaleza y el cosmos; con estos instrumentos se pide lluvia para los campos y también se evita las inundaciones de sus terrenos.

En consecuencia, la diversidad cultural y las diferentes expresiones religiosas de las comunidades se han mantenido durante siglos a pesar de que durante el periodo colonial y republicano éstas prácticas quedaron invisibilizadas y acalladas por algunos sectores de poder que tienen como modelo de desarrollo la explotación y exportación de nuestros recursos naturales. En consecuencia, este modelo de desarrollo no considera el desarrollo integral de los pueblos, sino más bien motiva la discriminación y promueve la destrucción de la Madre Tierra.

Los que hoy participan del ANATA ANDINO afirman que sus prácticas culturales y vivencias religiosas están vivas como lo están sus antepasados que acompañan a las comunidades durante sus festividades. Es decir, sus difuntos o antepasados son los que acompañan la época de florecimiento de las plantas y por eso en los rituales los originarios les recuerdan y agradecen porque siempre acompañan a sus familias y comunidades. Quienes participan de este evento nos dicen: “Estamos en el tiempo de la flor, del huipacha. Anata quiere decir ‘juego de las flores’. Las flores no se ve todos los días en el altiplano, pero esta época hay flores y el viento les hace jugar. Lo más hermoso de la vida es la flor y en esta época está jugando con el viento; es justamente lo que cargamos en nuestros aguayos y con eso estamos en la entrada del Anata Andino”.

“El día del Anata es la expresión especial que hacían nuestros antepasados para agradecer a la Pachamama por todo los bienes que nos da en nuestros hogares, en nuestras comunidades y nuestros campos. Ahora queremos demostrar a todo el mundo la alegría por nuestra producción y por eso estamos junto a nuestros hermanos de Oruro, Potosí y Cochabamba”.

Por otra parte es importante considerar que todo acto cultural, en el Mundo Andino, es la solicitud de licencia a la Pachamama. Se pide a los lugares sagrados y a los antepasados que protejan a la comunidad y que durante su participación en este Anata Andino no exista ningún tipo de inconvenientes ni problemas, sino más bien “que todo se lleve en un ambiente de confraternidad y armonía para nuestros pueblos”. En ese contexto la FSUTCO realizará la noche anterior a la entrada el ritual correspondiente para pedir permiso o ‘licencia’ a la Pachamama y que “sea un espacio de compartir lo que se vive en el campo entre toda la gente que se concentrará en la ciudad de Oruro”.

Para las comunidades no todo termina ahí, sino más bien es el inicio de una serie de festividades a realizar por este tiempo de las lluvias y esta época agrícola. Cada comunidad iniciará su celebración ya desde el Domingo de Carnavales. Por ejemplo, en la localidad de Bombo - del municipio de Huanuni - se llevará adelante el ‘warak’anaku’ (los comunarios se lanzan manzanas verdes con hondas). El día lunes y martes visitarán los sembradíos y se adornarán los campos. En algunos lugares, el martes por la tarde, se visitarán los corrales del ganado camélido (llamas) y ovino (ovejas) para ‘t’ikanchar’ (poner adornos) a las orejas de estos animales con lanas de colores vivos. Luego se realizarán ‘takipayanaku’ (intercambio de canciones entre hombres y mujeres) y bailarán compartiendo la chicha elaborada por ellos mismos. El día miércoles, actúan las comparsas, como sucede en Pocoata. Así podemos ir enumerando la riqueza cultural de agradecimiento a la Madre Tierra durante esta época agrícola.

Los instrumentos de la época que acompañan estas festividades son la tarka, la moceñada, el pinquillo y la qunquta. Estos instrumentos, según creencias de los comunarios, deben ser ‘serenados’. Es decir: los instrumentos deben ser dejados por toda una noche en cuevas por donde corre agua, con la condición de que el dueño del instrumento debe acompañar de muy cerca, pero no le está permitido observar. Algunos nos dicen: “Estos instrumentos serenados nos permite dialogar con la Pachamama. Además, el sereno nos da la tonalidad para participar de festivales y con eso siempre llegamos a ganar en los concursos”.

Otra de las características de la época es el ‘paqumaku’ con plantitas arrancadas después de realizar la ch’alla a la chacra. Esta ch’alla debe realizarse con mucho respeto. Estas plantitas, luego, son cargadas por las mujeres y al son de la tarqueada son llevadas hasta sus hogares. Posteriormente las plantitas son colocadas sobre una mesita para realizar un ritual, pidiendo a la Pachamama que la cosecha del año sea fructífera y el alimento no falte en los hogares. Esta práctica cultural aún se mantiene en muchos lugares, pues permite compartir los productos agrícolas con quienes no tienen siembras, pero con la condición de que realizan la ch’alla correspondiente con serpentina, coca y un poquito de alcohol.  Haciendo esto, la persona visitante puede arrancar un par de matitas de la chacra pidiendo permiso a los ancestros y a la Pachamama y agradeciendo por la comida que será otorgado para todo el año.

Julián Arias Carballo
CEPA – PROGRAMA DIVERSIDAD

JALLUPACHA: Las autoridades originarias y las comunidades de Jach´a Karangas expresan su cultura e identidad.

Durante la época del carnaval, las fiestas y la alegría se hacen común en todo el territorio boliviano; aunque se debe reconocer que todos los departamentos, Tarija, Santa Cruz, Cochabamba, La Paz, tienen sus propias particularidades y costumbres a la hora de festejar estos días. Sin embargo, algo que relieva el carnaval de nuestro país ante el mundo es la fastuosa entrada del carnaval de peregrinación en devoción a la Virgen de la Candelaria, imagen que se encuentra en el Santuario Nuestra Señora del Socavón, comúnmente conocida coma la “mamita de la Candelaria”. Como se podrá observar lo que más se mencionan son las celebraciones realizadas en las capitales de los departamentos. Además dichas expresiones culturales y religiosas son difundidas por los medios de comunicación social a nivel nacional e internacional.

Durante siglos las celebraciones del carnaval en las áreas rurales han sido invisibilizadas, empero no por ello olvidadas. Poco a poco el área rural está sacando de la clandestinidad y luchando por visibilizar sus tradiciones, costumbres y prácticas culturales y vivencias religiosas.

En este contexto se debe mencionar el ritual “Phuqanchawi del Jallupacha”, celebrado por la Nación Originaria Suyu Jach’a Karangas. Este acto encierra un patrimonio religioso y cultural fundamental para el fortalecimiento de las naciones indígena originarias del departamento de Oruro. Por eso, es importante constatar que en este ritual se conjugan varios elementos, no solo el respeto y agradecimiento a la Pachamama por los productos agrícolas y pecuarios, sino además indica el rol de servicio de las autoridades originarias que son responsables del bienestar de las familias, de las comunidades y la producción agrícola-pecuaria. También promueve la unidad de la Nación Originaria y es un indicativo de un nuevo modelo de desarrollo basado en el respeto y diálogo con la naturaleza. Por otra parte, según reconocen algunos, fortalece la resistencia frente a las amenazas de la colonización y promueve la integración de los pueblos  mostrando una nueva manera de construir ciudadanía.

Cabe aclarar que esta demostración de las expresiones culturales y religiosas, busca la reivindicación de Jach’a Karangas como nación originaria. Así lo expresan algunas personas que han sido protagonistas de este proceso de construcción de la identidad indígena originaria en esta nación originaria:
  • “En la simbología andina está presente el cóndor, el puma, el águila y otros animales. El puma y el cóndor mallku son considerados como animales sagrados en Tiahuanaco, por eso, en el contexto de Karangas, el Mallku es el que representa la máxima autoridad de unidad de nuestros pueblos. Este animal con su vuelo está entre el akapacha (tierra) y el alajpacha (cielo)”
  • “Cuando empezamos este ritual del Jallupacha, nos dimos cuenta que es para la reconstitución del territorio y la restitución de sus autoridades. Además, en el tema del Jallupacha, hemos visto nuestra realidad como migrantes. Somos más del 80% que tenemos nuestras casas en la ciudad de Oruro. Es lo que se ha llegado a denominar la ‘doble residencia’. De hecho algunas veces permanecemos más tiempo aquí en la ciudad que en nuestras comunidades; esa es la dinámica que llega a complementar la economía de nuestro pueblo.”
 “Aquí el Cóndor (refiriéndose al lugar donde se realiza el ritual) es un lugar sagrado para todas las autoridades originarias de nuestro Suyu y aquí vamos a sacrificar la llama como señal de agradecimiento de la lluvia y pedir que haya mayor producción. Este ritual está impregnado del deseo de todas las autoridades originarias para que sus ‘wawaqallus’ (comunarios) puedan tener buena alimentación, gozar de salud, que sus hijos puedan acceder a una buena educación y lograr conseguir carreras profesionales.”

Por otra parte, hablar del ritual del Phuqanchawi del Jallupacha es tener una mirada crítica y reconocimiento al calendario andino que está determinado por el ciclo agrícola y cómo ésta influye en la práctica cultural y vivencia religiosa de sus pueblos; es comprender la relación que las personas tienen con el mundo sagrado y la interrelación entre sus habitantes. Además, el diálogo que se establece con la Madre Tierra, que durante esta época se lo hace a través de la tarqueada.

Este 2015, el ritual se realiza el día miércoles 11 de febrero. El punto de partida es el sector del cerro de Conchupata. Luego del pedido de licencia a las 7:00 los participantes se dirigirán al ritmo de la música y la danza de la tarqueada hasta el sector denominado “El Cóndor”, lugar donde se realizará el acto principal. Pasado el mediodía harán su demostración en las puertas del zoológico; allí podremos ver el colorido, la danza y la coreografía de todas las poblaciones que integran la nación originaria.

Julián Arias Carballo
CEPA – PROGRAMA DIVERSIDAD

Fiesta de San Blas en Toledo

Cada tres de febrero se celebra la fiesta de San Blas, según el calendario católico. Sin embargo, esta fiesta adquiere una característica propia entre las autoridades originarias de la marka Toledo, provincia Saucarí. Cabe hacer notar que la denominación de esta fiesta adquiere su propia característica según los pobladores de Toledo y se refiere a ella como Santa Plaza T’ikita o San Plaz T’ikita. Por otra parte cabe mencionar que durante este día la iglesia católica del lugar está cerrada y no hay misa en referencia a este santo.

Toledo se encuentra a unos 25 kilómetros al sur de la ciudad de Oruro. También se puede decir que se encuentra al extremo sur del río Desaguadero. Está dividido en dos parcialidades; Urinsaya (Ukhati) y Aranzaya (Akhati). La estructura de sus autoridades originarias adquiere la forma de un cuerpo. Por ejemplo: Chukiyuka (cabeza), Chariri (cuerpo), Ullami (rodilla) y Q’asaya (pie). Esta estructura se denomina el Cuerpo de Autoridades Originarias de la Provincia Saucarí (CAO–S).

No nos olvidemos, que las celebraciones de las festividades que realizan las autoridades originarias del mundo andino son parte de ritualidades de petición, agradecimiento y respeto a la Madre Tierra. Por tanto esta fiesta tiene relación con el agua del tiempo del Jallupacha (época de las lluvias que inicia durante el mes de noviembre, según el calendario andino).

La vocación productiva de las comunidades de la marka Toledo esta en base a la crianza del ganado ovino; sin embargo podemos observar que su territorio es extenso, árido y seco, a pesar de que muy cerca pasa el río Desaguadero. Una de las estrategias tecnológicas que usaron los ancestros del lugar fue la construcción de wijiñas, adaptándose a las condiciones climáticas del altiplano. Esta tecnología resulta ser una mezcla entre la agroecología y las tecnologías andinas para la cosecha de aguas como reservorio para enfrentar tiempos largos de sequía o a la época del awtipacha (tiempo seco según el calendario andino).  Las wijiñas son depósitos de agua cuyo diámetro es variables entre los 4 y 6 metros, con una profundidad diferenciada entre un metro y un metro con 20 centímetros. El agua que llenan las wijiñas es cosechada durante la temporada de lluvias.

La fiesta de “San Plaz T’ikita” es responsabilidad de las autoridades originarias del CAO-S, quienes colocan un cántaro o Ph’uñu de chicha en medio del patio de sus sedes (casa comunal). El cántaro representa a las wijiñas de la región y la chicha (que debe ser dulce) representa al agua. Según ellos, “el agua es vida para las plantas, para el ganado y para todas las personas”. No debe faltar durante la época seca, por eso debe ser cosechada en la temporada de lluvias. El cántaro es adornado con claveles, flores que se producen en la región. En consecuencia, es parte de las festividades de la época del Jallupacha, pues toda la región se llena de flores y las wijiñas de agua. No falta la alegría y esta alegría debe ser festejada.

Según el pensamiento andino los responsables de la buena producción agrícola y ganadera de los pueblos indígenas originarios son sus autoridades originarias; en consecuencia ellos deben cumplir con sus prácticas culturales y religiosas para que no falte el agua en su región, por tanto los responsables de esta celebración – ritual es el jilaqata o el tata awatiri.

Algunos ancianos de la región manifiestan: “Antes nosotros cuando éramos autoridades originarias,  ch’allábamos en las cuatro esquinas; ahora ha cambiado, ahora las autoridades son acompañadas por la tarqueada."

Julián Arias Carballo
CEPA – AMERINDIA

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SAN BLAS

Blas de Sebaste, venerado como San Blas, fue un médico, obispo de Sebaste en Armenia (actual Sivas, Turquía), y mártir cristiano. Hizo vida eremítica en una cueva en el bosque del monte Argeus, que convirtió en su sede episcopal. Fue torturado y ejecutado en la época del emperador romano Licinio, durante las persecuciones a los cristianos de principios del siglo IV.

Su culto se extendió por todo Oriente, y más tarde por Occidente. En la Edad Media, se llegaron a contabilizar solamente en Roma 35 iglesias bajo su advocación. Su festividad se celebra 3 de febrero en las Iglesias de Occidente y el 11 de febrero en las de Oriente.

En Dubrovnik (Croacia), su festividad es emblemática y casi milenaria (se remonta como mínimo al año 1190) y se incorporó en 2009 en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

FUENTE: http://es.wikipedia.org/wiki/Blas_de_Sebaste