jueves, 16 de octubre de 2014

El agua y la tierra en el pensamiento de las “warmis”. Un diálogo colectivo en Llapallapani y Pacopampa

La comunidad de Llapallapani se encuentra en la jurisdicción del Municipio de Huari, es parte del milenario pueblo originario Uru del lago Poopó, junto a las comunidades de Vilañique y Puñaca Tinta María; Llapallapani tiene una organización política que se basa en el sistema de autoridades originarias. La comunidad de Pacopampa, se halla en el Municipio de Machacamarca, su población es quechua y está organizada a partir del sindicato agrario.

Ambas comunidades tienen una relación estrecha con el agua y la tierra. En Llapallapani, las familias se dedican básicamente a la actividad de la pesca y a la producción de quinua en baja escala, y en menor proporción a la caza y la artesanía; en cada una de estas actividades intervienen los miembros de la familia, aunque las mujeres realizan mayormente tareas agrícolas y artesanales. En Pacopampa, la actividad agrícola se centra principalmente en la ganadería y en la producción de algunos cultivos; en ambas actividades productivas se advierte la intervención de todos los miembros de la familia, cuyas tareas son: cría del ganado, manejo del agua de riego y de uso doméstico, siembra y cosecha de cultivos.

La participación de las mujeres en estas actividades permite que tengan un contacto cotidiano con el agua, tanto para el uso doméstico como para el riego y el consumo animal. En Llapallapani, por tratarse de una comunidad Uru de pescadores, cazadores y recolectores ancestrales, la relación de las mujeres con el agua tiene un sentido más profundo, puesto que están muy vinculadas a los recursos lacustres que son parte de la economía y régimen alimenticio de sus hogares. En Pacopampa, el contacto con el agua es cotidiano debido a la actividad agrícola, pero para las mujeres se resume principalmente a las tareas domésticas; mientras, el varón es el que se relaciona con el agua para riego y, generalmente, es elegido como “Juez de Agua” para realizar gestiones  ante las instituciones públicas y privadas.

A pesar de estas diferencias en las actividades productivas, ambas comunidades  comparten un problema común: la contaminación del agua. En Llapallapani el lago Poopó sufre alteraciones en sus sistemas de vida por la presencia de residuos mineralógicos. En Pacopampa, el río San Juan de Sora Sora que pasa cerca de la comunidad, recibe también  residuos sólidos que dañan su estado natural. Ante esta realidad, son las mujeres que intensifican sus actividades para compensar el deterioro del ciclo productivo de la comunidad. Las mujeres de Llapallapani, ante la reducción del pescado, participan también dentro el proceso de producción de quinua; esto deriva también en la percepción de las mujeres sobre conflictos relativos a la tenencia de la tierra, que constituye uno de los problemas internos comunales más relevantes en la actualidad. En Pacopampa, donde la contaminación es la preocupación cotidiana, las mujeres son las que realizan un seguimiento diario al funcionamiento de los destiladores solares, para la obtención de agua limpia que será utilizada para el consumo de la familia; también participan en procesos de incidencia ante las autoridades estatales, pero nunca son elegidas como Juezas de Agua en el sindicato.

Estas percepciones son el resultado de un diálogo colectivo en las dos comunidades, donde el tema del agua y de la tierra penetra en el pensamiento de las mujeres, ya que ambos recursos son fundamentales para el sustento diario de sus familias, por lo que ellas se sienten muy preocupadas con la situación y estado en que se encuentran estos recursos. No obstante, también  sienten que están invisibilizadas, ya que sus opiniones y demandas no suelen tomarse en cuenta al momento de buscar soluciones y tomar decisiones, tanto en instancias comunales y locales, como regionales y nacionales. Sería importante reflexionar sobre estos temas, ya que la atención a las demandas específicas de las mujeres, no solo contribuirían a dar soluciones a los problemas con los recursos agua y tierra, sino que en sentido más amplio,  podría reducir las desigualdades e inequidades de género.

Ruth Vilches Torrejón
Unidad de Formación y Comunicación - CEPA

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