El
término “contaminación acústica” hace referencia al ruido (entendido como
sonido excesivo y molesto), provocado por las actividades humanas (tráfico,
industrias, locales de ocio, etc.), que produce efectos negativos en la salud
auditiva, física y mental de las personas. En 1972 la O.M.S. consideró al
ruido como un contaminante más que afecta al bienestar físico, psicológico y
social. Además fijo un límite deseable de 65 decibeles para
ambientes externos.
El
ruido puede definirse como cualquier sonido que es calificado como algo
molesto, indeseado, inoportuno o desagradable. Por ejemplo, para algunas
personas la música puede ser calificada como ruido desagradable y para otros
algo divertido.
A
diferencia de los otros contaminantes, el ruido no deja residuos sólidos,
líquidos y gaseosos. La contaminación acústica tiene un fuerte carácter
subjetivo; perturba las distintas actividades comunitarias; interfiere la
comunicación hablada; perturba el sueño, el descanso y la relajación; impide la concentración y el aprendizaje y
-lo más grave- crea estados de cansancio y tensión que pueden generar enfermedades de tipo nervioso y cardiovascular.
En la ciudad de Oruro se han realizado
varios estudios respecto al impacto del tráfico vehicular, pero no hay
estudios sobre los impactos del ruido ocasionado por las fiestas populares.
Oruro es una de las regiones con una historia de tradiciones y costumbres. Debido a esas
características socioculturales y espirituales, en Oruro permanentemente se registran
fiestas populares de diversa índole. Por eso es conveniente realizar una investigación sobre los
efectos que producen
los ruidos provocados por las fiestas populares.
Frente a esta problemática, la Escuela de Líderes
Ambientales, en el año 2012, realizó una investigación sobre los efectos
psicosociales provocados por el ruido de las fiestas populares en vecinos de la
zona sud oeste de la ciudad de Oruro. El objetivo de la investigación fue
determinar los niveles de ruido de las fiestas populares y las percepciones de los vecinos que viven
por el sector. A nivel metodológico se realizó una medición del ruido a través
de un sonómetro y se aplicó una encuesta a los vecinos para conocer su
percepción respecto a este problema.
Una de las características de la zona sud oeste de la
ciudad, es que mayormente viven personas que provienen de las provincias del
occidente; además es una zona en pleno progreso por el movimiento económico;
producto de las actividades comerciales. A raíz de esta situación, en estos
últimos años se han incrementado las fiestas populares, pero también la
magnitud de las fiestas. En una fiesta se puede tener más de 4 grupos
electrónicos, lo que significa que todo el tiempo hay música; no hay descanso.
Generalmente en esta zona las fiestas populares
comienzan desde el día viernes y finalizan el día lunes; en algunos casos
continúan el día martes. A nivel de los horarios, los días viernes y sábado la
fiesta termina a las 03:00 de la madrugada y los días domingo y lunes hasta las
01:30 de la madrugada. Este significa que en esos días hay un movimiento
intenso y una contaminación acústica permanente.
Para efectos de dicho estudio se tomó en cuenta los
siguientes locales de fiesta: Centro Social EL LIMBO, Centro de Fiestas EL
JUMBO y el Local Gigante METROPOLIS; estos locales de fiestas están ubicados en
la Av. España entre Tarija y Presidente Montes. A continuación presentamos los
resultados de dicha investigación.
Valores de ruido en
decibeles emitido por cada local de fiesta.
- Datos a 1 metro de distancia: realizada la medición, los datos nos indican que el local de fiestas “Metrópolis” es el que genera la mayor cantidad de ruido de 102.7 dB; luego le sigue el local “Jumbo” con 101 dB y finalmente con 96,6 dB está el local “Limbo”.
- Datos a 15 metros de distancia: indican que la sala de fiestas “Metrópolis” emite 79,1 dB; luego está el local “Jumbo” con 76,6 dB y finalmente está el local “Limbo” con 73,1 dB.
Estos datos demuestran que ninguno de las salas de
fiesta está cumpliendo con el valor máximo permitido de ruido según la Ley 1333
de Medio Ambiente que establece 65 dB como máximo. De la misma forma existe un
Reglamento Ambiental Municipal en Materia de Contaminación Acústica, en donde
indica que el límite permisible de emisión de ruido en fuentes fijas es de 68
dB de las 6 a las 22 horas, de 65 dB de las 22 a las 6 horas. Estos valores
deben ser medidos en forma continua o semi continua en inmediaciones de los
predios, durante un lapso no menor de quince minutos y deben ser medidos a una
distancia de 1 metro como mínimo y un máximo de 15 metros para evaluar el
impacto del ruido.
Percepciones de los vecinos
sobre el ruido de las fiestas populares.
Los vecinos indican que los locales de fiesta les
perjudican. Un 90% de los encuestados indican que los ruidos que emiten les
molestan, además el 100% de consultados indican que en sus domicilios sienten
vibraciones, producto del ruido de las fiestas. Otro dato a destacar es que el
90% de los vecinos manifestaron que no pueden dormir fácilmente cuando hay
fiestas; solo el 10% indican que no tiene problemas al dormir. El 80% de los
consultados indican que el ruido les produce estrés, cansancio, dolor de cabeza, irritación y falta de
concentración. Todos los vecinos encuestados indican que no conocen de alguna
normativa para regular el ruido generado por las fiestas populares, ni saben
quién es la autoridad competente para controlar esta problemática.
Queda comprobado el efecto negativo de la
contaminación acústica. Las molestias que ocasiona pueden ser de muy distinta
índole y van desde trastornos a la hora de dormir e incapacidad para
concentrarse hasta lesiones propiamente dichas, dependiendo de la intensidad y
duración del ruido. La contaminación acústica se ha convertido en uno de los
problemas que va creciendo y provocando efectos psicosociales y problemas de
salud.
En conclusión: los vecinos cuyas casas se encuentran
en cercanía a los locales de fiesta,
padecen de un relevante nivel de contaminación acústica ambiental. Las
consecuencias que produce este tipo de contaminación van desde el estrés,
cansancio, dolor de cabeza, irritación y falta de concentración. Además los
vecinos no conocen de alguna normativa para regular la contaminación acústica y
las autoridades competentes llamadas por Ley no hacen cumplir las normativas
que regulan este mal.
Ante esta problemática de las salas de fiesta, se
recomienda el uso de puertas de vidrio doble o triple para el ingreso; un hall
a la entrada, paredes dobles y contar con buenos equipos de sonido. Se debe
exigir a las autoridades competentes inspecciones permanentes para verificar el
grado de contaminación acústica. Se puede otorgar licencias de funcionamiento
solo a los locales que cumplan con la normativa vigente y quitar las licencias
a los salones de fiesta que no cumplan con esta exigencia.
Limbert Sánchez Choque
CEPA
Investigación realizada por Yhovana Choqueticlla y
Jessika Rodríguez. Estudiantes de la Escuela de Líderes Ambientales CEPA
1 comentario:
Creo que todos podemos colaborar para evitar la contaminación y por eso se puede mejorar como sociedad. Cada uno debe hacer lo suyo, y poder difundir para que los otros lo imiten. Por eso trato de que mis amigos en sus departamentos en buenos aires mantengan una conducta de ahorro de energía
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