miércoles, 26 de septiembre de 2012

Desilusión y decepción de las comunidades después de conocer los resultados de la Auditoría Ambiental al proyecto “Kori Kollo”



El proyecto “Kori Kollo” de la empresa minera Inti Raymi realiza operaciones mineras a cielo abierto extrayendo oro y plata desde el año 1982 en el sector de Chuquiña (provincia Saucarí). Las comunidades aledañas, de manera continua, realizaron denuncias de muerte de sus ganaderos, desaparición de sus cultivos, salinización de aguas y suelos. Estos hechos fueron corroborados en varias oportunidades en seminarios y publicaciones por distintos profesionales después de varias investigaciones.

Precisamente ante estas denuncias la autoridad competente encargó una Auditoria Ambiental al proyecto “Kori Kollo”, la empresa PCA Consultora,  que se inició el 30 de diciembre de 2009. Este trabajo fue fiscalizada por el empresa CONAM, a través del Ing. Iver Rodriguez. La Auditoría Ambiental debía culminar en un año y medio aproximadamente, lamentablemente tuvo un retraso y recién se entregaron los resultados finales.

La mencionada Auditoría Ambiental generó bastante expectativa por conocer los resultados entre las comunidades aledañas a las operaciones, las autoridades ambientales, profesionales, y la ciudadanía orureña, por las siguientes razones:
  1. Es por primera vez que se realiza una auditoría ambiental a una operación minera, en este caso de cielo abierto en que se utiliza reactivos como el cianuro; que tiene una operación continua de 30 años; en el que desaparece un cerro y se excava más de 250 metros de profundidad.
  2. El costo de la auditoría ambiental es de más de 1,25 millones de dólares.
  3. El tiempo de ejecución de la auditoria fue de dos años y ocho meses
  4. Los procedimientos metodológicos han evolucionado desde 2000, cuando hubo, también en el departamento de Oruro, la auditoría ambiental al derrame de petróleo en el río Desaguadero, ocasionado por la empresa Transredes.
Después de conocer los resultados el pasado 7 de septiembre, hubo una decepción generalizada por los pobres resultados que mostraron los consultores. Después de la exposición y una lectura rápida se puede resumir de la siguiente manera:
  • El primer informe que debería haberse brindado después de este proceso, es del Fiscal Ambiental de la Auditoría para informar sobre el cumplimiento o incumplimiento administrativo técnico de la empresa que realizó la auditoria.
  • Posteriormente debería prestar su informe la autoridad ambiental competente, que debe  verificar  y confrontar los resultados de la auditoría ambiental con los términos de referencia.
  • La auditoría ambiental a Transredes constaba de tres partes: una relacionada al impacto ambiental, la otra a la línea base y la tercera al aspecto socioeconómico. Constaba de 16 tomos solamente el estudio socioeconómico. Se introdujeron temas de valoración de bienes no mercadeables. La auditoría ambiental al proyecto “Kori Kollo”, tiene varios capítulos pobres de contenido.  Pasaron 10 años desde la auditoria de Transredes. En vista de los avances metodológicos debería ser más clara y específica.
  • La primera impresión es que fue una improvisación de profesionales (desconocidos) que no tienen el conocimiento cabal de una operación minera a cielo abierto y su posible impacto en el medio ambiente. Peor aún no conocen el ecosistema de la región investigada. Todo lo que encontraban era algo novedoso porque nunca antes lo vieron ni conocen.        
  • En referencia a los aspectos técnicos de la auditoría ambiental, las observaciones son estructurales y muy profundas. Especialistas ambientales -de entrada- ya cuestionan lo siguiente:
o   El documento prácticamente se puede considerar como una tesis de grado mal hecho, que no tiene estructura ni forma de investigación. Los resultados son totalmente descriptivos, no tienen análisis, peor discusión.
o   Es parecido más a un diagnóstico que una auditoría ambiental, no se conocen los protocolos de estudio de cada tema.
o   El estudio, -o lo que se quiere llamar-, es puntual, es decir: es como si hubiesen sacado una fotografía y solamente se habrían dedicado a describir la foto y no la causa ni el efecto.
o   Es totalmente ambiguo. Se intenta describir una lagartija y llegar a explicar su estructura anatómica y fisiológico, sin llegar al punto del impacto ambiental; a averiguar la presencia de metales pesados en su organismo por causa y efecto de la operación minera.
o   Lo que se advierte, es que la operación minera ha sido efectuada en un sistema cerrado, en el cual los factores ambientales tuvieron impacto solamente en el área de concesión del proyecto “Kori Kollo”. Consideran que no atravesaron ni un milímetro aguas abajo, que hasta el viento se detuvo en la zona. Por ello indican que fuera de la concesión no existe ningún impacto.
o   Los desvíos del brazo derecho del río Desaguadero fue detectada, pero no indican quién lo causó, ni por qué se crearon lagunas como Choro Choro (en el sector Toma Toma).
o   Se hace casi ninguna  mención a la laguna de “Kori Kollo”,  sobre cómo está funcionando esta laguna estratificada, por qué se tienen que recargar aguas en la laguna periódicamente. Por poco más nos dicen que existe un criadero de peces y que la región se beneficiará.
o   La valoración económica se reduce a un simple cálculo de compra de tierras y un lucro cesante de esas tierras que podrían haber sido utilizadas en otras actividades (que ni siquiera tiene un análisis medianamente completo; ingresos – costos)
o   Peor todavía es el dictamen. Se resume en decir que la operación minera fue una bendición de Dios: las equivocadas fueron las comunidades.
 
Si seguimos enumerando las observaciones, tal vez pasaríamos las 650 páginas que cuenta el informe técnico Fase III. No queremos seguir abusando de la paciencia de los lectores. Simplemente indicar que al documento presentado no se le puede llamar auditoría ambiental; debería llamarse “estudio de línea base”, “diagnóstico” o cualquier otra cosa.          

Norma Mollo Mollo
Unidad de Formación y Comunicación - CEPA

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