lunes, 9 de junio de 2014

El Río Tagarete: una realidad ambiental que afecta la calidad de vida





En pleno siglo XXI algunos barrios de la ciudad de Oruro están sumergidos en una contaminación ambiental alarmante. Barrios que viven en las cercanías del río Tagarete conviven a diario con la contaminación ambiental.  En un recorrido realizado con jóvenes de la Escuela de Lideres Ambientales se ha podido evidenciar que la problemática del río Tagarete es dramática y alarmante. Al río Tagarete confluyen las aguas ácidas de la mina San José, aguas domiciliarias y aguas industriales sin ningún tratamiento. El destino final del río Tagarete es el lago, lo que significa que está aumentando la contaminación al lago Uru Uru.

Los vecinos del sector manifiestan su indignación y resignación; indican que en varias oportunidades se han pronunciado sobre este problema, pero las autoridades municipales y departamentales poco o nada han hecho; la contaminación sigue y año que pasa aumenta lo que afecta la imagen de los barrios. Con el aumento de nuevas urbanizaciones en todo este sector, prácticamente el río Tagarete ha quedado en el centro y está rodeado de viviendas. Con mucha pena se ha podido observar en el trayecto de este río  gran cantidad de botellas, todo tipo de bolsas plásticas, escombros, latas, fierros, plataformas, animales muertos, entre otras cosas más. En  medio de este  ambiente  deprimidor, jaurías de perros ponen en riesgo la salud de los vecinos.

El olor y la mala imagen visual que ofrece este rio no son nada agradables; al visitar dicho lugar uno se pregunta cómo es posible que a pocos minutos del centro de la ciudad se pueda vivir en condiciones tan infrahumanas. Lo más doloroso es ver a niños pequeños desde tres años jugando a las orillas del rio, pequeños que no tienen idea de lo que sucede a su alrededor. Es tan injusto ver esta realidad. Con solo acercarte a un par de metros a la orilla del rio Tagarete, el olor que se desprende puede marearte o alterar tu sistema digestivo, pero mucha gente vive y convive esta realidad los 365 días del año.

Uno, al ver semejante injusticia, se pregunta quién o quiénes son responsables de esta situación: ¿las empresas mineras, las industrias, los vecinos y/o las autoridades competentes? Con toda seguridad en esta dramática situación existen niveles de responsabilidad. No es concebible que, en pleno siglo XXI, sigamos viviendo en estas condiciones. Es hora que los responsables de esta catástrofe ambiental asuman su responsabilidad y las autoridades llamados por ley hagan cumplir lo que estipula la normativa ambiental y la Constitución Política del Estado  que nos garantiza poder vivir en un medio ambiente sano y agradable.

Para nadie es una novedad el estado del río Tagarete, Es urgente tomar acciones concretas en pro de darle una solución estructural a este problema de contaminación ambiental. Muchos de los vecinos piden que este canal sea embovedado y que las cooperativas mineras e industrias que vierten sus aguas contaminadas, cuenten con plantas de tratamiento de sus aguas residuales, para reducir la contaminación a los lagos Uru Uru y Poopó, fuentes de vida. También es necesario y urgente implementar políticas de educación ambiental destinados a los vecinos y vecinas, que apunten a implementar un manejo adecuado de los residuos sólidos y líquidos.

Limbert Sánchez y Neyza Victoria Huanca
Unidad de Formación y Comunicación - CEPA

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