La
contaminación visual se percibe por el
sentido de la vista. La contaminación visual es el abuso de ciertos elementos
que alteran la estética, la imagen del paisaje tanto urbano como rural. Estos
elementos pueden ser vallas publicitarias, pasacalles, cableados, pararrayos,
basura, grafitis, postes, edificios deteriorados, casetas comerciales, paredes
con afiches, exceso en las señales de tráfico y otros elementos. Estos objetos no
provocan contaminación de por si solo, sino por la manipulación del hombre, se
convierten en agentes contaminantes.
Los carteles
publicitarios en la ciudad de Oruro han ido aumentando a medida que aumenta el
número de habitantes. Muchos optan por el comercio en tiendas o galerías y
recurren a una publicad gráfica en
letreros con una información caótica y múltiples mensajes que invaden las
miradas de los peatones.
En el casco
viejo de la ciudad, más propiamente la zona central entre las calles Bolívar,
Adolfo Mier, Junín, Ayacucho, Presidente Montes, Soria Galvarro, 6 de Octubre,
Potosí y Pagador, se pueden observar el número aproximado de 10 a 20 letreros
por cuadra, de todos los tamaños y colores, que dan lugar a una sobresaturación
en el espacio visual.
En algunas
calles, en el centro de la ciudad en las intersecciones de las calles, por
encima de los domicilios y edificios, existe un enmarañado de cables que dan el
aspecto de una telaraña, produciendo una estética visual caótica en la ciudad
de Oruro.
Las
consecuencias de la contaminación visual son varias. Entre ellas están los
accidentes que se dan por la obstrucción visual de la sobrepoblación de
letreros publicitarios al conducir; los trastornos de la atención; alteraciones
en el sistema nervioso; el estrés por la saturación de elementos y colores;
dolor de cabeza; mal humor y disminución de la eficiencia laboral. Las más
comunes son las jaquecas y migrañas; muchas veces la población padece de las
mismas y no encuentra una explicación concreta de lo que sucede.
Según la
psicología del color, las letras y la gama de colores o fondos causan emociones
en las personas. De repente la persona siente una tristeza, temor, angustia o
otros sentimientos.
No existe una
normativa clara, precisa y ejemplificadora
que regule el colocado de letreros y publicidades o el formato de los
carteles en las calles y espacios públicos. Las autoridades deben asumir el
desafío y comprometerse al cumplimiento de las normativas dando sanción a las
personas, negocios o instituciones que incumplan.
Saul Nelson Aguilar Challapa
Unidad de Formación y Comunicación - CEPA
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