miércoles, 14 de diciembre de 2016

A dos años de la tragedia ambiental del lago Poopó

Han pasado dos años desde que en el lago Poopó murieron alrededor de 30 millones de peces y 500 aves silvestres de diferentes especies. Un año desde que las aguas del lago Poopó se han secado, trayendo nefastas consecuencias ambientales, para la biodiversidad y el pueblo milenario Uru cuya población es la que más sufre puesto que vivían exclusivamente del lago.

Este desastre ambiental sin precedentes, fue alertado y denunciado en repetidas oportunidades por  las comunidades, cooperativas pesqueras,  CORIDUP y Pueblo Uru. Responde a varias causas: entre las principales, se ha identificado que las minas de Huanuni, Morococala, Santa Fé, Japo, Poopó, San José y otras desembocan sus aguas ácidas hacia el lago Poopó desde hace más de 200 años,  desde entonces persiste la acumulación de minerales que destruyó la vida de los peces, animales y plantas. A esta contaminación con minerales, también se sumaron las aguas servidas del improvisado sistema de alcantarillado sanitario que tiene la ciudad de Oruro, que desembocan en el lago Uru Uru y llegan al lago Poopó.  Según profesionales de la Facultad de Ciencias Agrarias y Naturales las causas son cuatro: el desvío del río Desaguadero, la actividad minera, el cambio climático y la expansión de la frontera agrícola.

¿Qué acciones se han desarrollado para iniciar una solución estructural del problema que afecta gravemente a nuestro medio?
  • Visitas, entrevistas y reportajes por diferentes medios de comunicación locales, nacionales e internacionales, para observar lo que había pasado con el lago.
  • Reuniones interinstitucionales, para entender las causas de ese desastre ambiental y determinar las causas del secado del lago y algunas acciones como visitas e inspecciones.
  • Ayuda a las comunidades afectadas con alimentos y otros para mitigar los efectos de la tragedia ambiental de parte de Defensa Civil.
  • Preocupación mucha preocupación en las comunidades y poblaciones afectadas, ya que acciones realizadas que a la larga no han tenido resultados coherentes con la emergencia.
Mientras tanto en el peor de los casos el pueblo originario Uru va muriendo, “ellos vivían exclusivamente de la pesca, recolección de huevos, de la artesanía de las totoras, pero ninguno de esos recursos existe ahora. Por ello la mayoría ha migrado a las ciudades para trabajar de lo que sea y los que se quedan están sobreviviendo siendo empleados de los aymarás como pastores de sus ganados y para tener así acceso a chillaguares para  elaborar objetos artesanales que se venden a un precio mínimo mientras se preguntan ¿Qué será del destino de este pueblo milenario?

Norma Mollo Mollo
Unidad de Justicia Socio Ambiental – CEPA

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