lunes, 31 de marzo de 2014

Carnaval es también una celebración en familia



Las actividades del Carnaval de Oruro inician con el ritual Puqhanchawi del Jallupacha, organizado por las autoridades originarias de la Nación Originaria de Jach’a Karangas seguido por la Entrada del Anata Andina organizadA por la Federación Sindical Única de Trabajadores de Oruro y la peregrinación del Carnaval de Oruro, organizada por el Gobierno Autónomo Municipal de Oruro, la Asociación de Conjuntos Folclóricos de Oruro y el Comité de Etnografía y Cultura. En estos tres espacios se funden prácticas culturales, religiosas y festivas.

¿Será que todo el Carnaval está en el marco de prácticas culturales, religiosas y festivas, organizadas por instituciones ¿Dónde queda la familia y el hogar?

A primera vista todo parece desenvolverse en la demostración de la danza, música y coreografía.  Sin embargo, la riqueza de nuestro Carnaval va más allá de estas manifestaciones culturales públicas y se concretiza a nivel hogareño y familiar durante el martes de ch’alla. Este día, desde muy tempranito las familias se organizan para hacer las compras de serpentinas, globos, luqmas  (membrillos), confites banderines y mixturas; todo servirá para adornar las casas, los electrodomésticos y los bienes adquiridos.

Además, los jefes del hogar realizarán la compra de una “mesa dulce” que servirá para agradecer a la Pachamama por todos los favores recibidos (trabajo, bienes, salud y amistad) durante el año que pasó; también servirá para pedir a la Pachamama mayor bendición para la familia, compra de bienes para el hogar y sobre todo que no falte trabajo. Esta “mesa” es ofrecida por el jefe del hogar, ya sea a medio día o al caer la tarde. Antes y durante el ofrecimiento se comparte la coca, como elemento fundamental para la realización del ritual, ya que permite compartir y dialogar entre los que están presentes. Las prácticas y vivencias religiosas varían de acuerdo a cada uso y costumbre de las familias; por ejemplo algunos inclusive usarán la fruta de la granada para arrojar contra la pared; otros en cambio con la nuez averiguan si la Pachamama ha recibido bien la ofrenda.

Pasado este ritual se comparte un plato de comida, cocinado especialmente para el día. En este espacio se recibe visitas de otros parientes, amigos y vecinos y recién empieza la fiesta alrededor de la ofrenda a la Pachamama sin que falte la cerveza y otro tipo de bebidas. Mientras tanto los niños y adolescentes se ponen a jugar con agua y con espumas.

Julián Arias
AMERINDIA
CEPA

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