lunes, 27 de octubre de 2008

Historia de las Comunidades del Cantón Iruma

Estudiantes de Tercero y Cuarto de Secundaria del “Colegio Nacional Iruma”, bajo la dirección de la Profesora Fabiana Galarza, realizaron estudios de la historia de las Comunidades del Cantón de Iruma de la Provincia Cercado del Municipio de Soracachi.

En esta ocasión presentamos un pedazo de la historia de las Comunidades del Cantón de Iruma.

IRUMA
En nuestra comunidad de Iruma, primero se construyeron unas casitas, poco a poco otras personas fueron construyendo otras casas a su alrededor, pero siempre se empezó creando una plaza con su kiosco.

El origen de su nombre, dice que n las orillas del río existía mucha paja llamada “Iru Wichu”, por eso le pusieron el nombre de “Iru Uma”, “iru” quiere decir paja y “uma” cabeza, porque fue la primera en formarse como comunidad, era el encabezador, eso nos contaron los abuelos. En tanto otros dicen que el nombre lo pusieron los patrones de la hacieda.

CULLCUPAMPA
Nuestros abuelos no se recuerdan en que año fue fundado, pero tienen conocimiento que antes se llamaba “Qullkupampa”, ahora lo han castellanizado, Lleva ese nombre porque se encuentra en una pampa angosta entre dos lomas.

PACOCAHUA
Su fundación es reciente, el año 1956 o 1957. empezó con siete familias, años después fundaron su escuelita que llama “Litoral”. El pueblo lleva este nombre porque la tierra tiene mucho salitre que en Quechua se dice “Pocu”, por eso se le dice “Pococahua”. Pero también otros dicen que cuando había como 10 familias lo nombraron “Pakhahua”, porque uno de sus cerros tiene la tierra de color rojo y dice que hace mucho tiempo una mujer había enterrado a un niño a quien lo encontraron sanito y por esto le aumentaron “hua” y combinando la sílaba de estas tres palabras nombraron al pueblo como “Pacucahua”.

JACHUMA
Fue fundado el año 1980. Lleva ese nombre porque en ese lugar se tiene el rio “Jacha” que quiere decir grande, además es ancho y lleva mucho agua “uma” en época de lluvia que lo hace muy impresionante. Estas dos palabras, relacionadas y unidas dieron el nombre a la comunidad que está al lado de este río.

CONDORCHINOCA
Su nombre fue dado por los aymarás. Se decía que era una hacienda muy rica en llamas, ya que, cada semana mataban dos y había mucho “charque” y que de tanto comer carne la gente se empalagaba, no cuidaba esta carne, ante esto, se tenia visita contínua de un “condor” que se comía la carne y también atacaba a las crías de llamas y ovejas, por eso le nombraron a este lugar como “Condorchinoca”.

PHISQUERISe formó por pocas familias el año 1861. Se encuentra en la serranía donde mayormente sembramos papa, oca, cebada, quinua. En estos lugares, por estar entre rocas, arbustos y cultivos se tenía mucha perdiz que en aymará significa “pisakha”, por la presencia de esa ave se le dio del nombre de “Phisaqueri”
(Estudiantes del colegio Nacional de Iruma, 2007)

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Patrullas Ecológicas

UNA ESTRATEGIA DE CONTROL Y VIGILANCIA PARA EL CUIDADO DE NUESTRO MEDIO AMBIENTE.

“La tierra es nuestra casa donde habitamos todas las personas. En ella, encontramos nuestras montañas, ríos, lagos, viviendas, iglesias, escuelas; nuestros parques y bosques naturales, etc. En ella podemos encontrar todo para poder vivir. Pero poco a poco estamos destruyendo nuestra única casa llamada tierra”.

Actualmente las generaciones están siendo educadas con una mentalidad de despilfarro y de consumismo, de explotación irracional y sin control de los recursos naturales. Se tiene la idea de que la naturaleza debe ser dominada y explotada por la ciencia y la tecnología. De seguir en esta dirección, las generaciones más jóvenes corren el riego de “acostumbrarse” a convivir con la basura, con la contaminación del aire, del suelo y del agua, más aún, a no hacer absolutamente nada a favor de nuestro medio ambiente.

En ese sentido, la educación ambiental cobra un papel fundamental a efectos de interpelar fuertemente este estado de cosas, alertándonos, y sobre todo a las generaciones de niños y jóvenes, sobre el riesgo de familiarizarnos tanto con la contaminación que nos sumamos en la más absoluta pasividad.

Se impone, pues, plantear acciones de información, sensibilización y concientización a niños, adolescentes y jóvenes, ya que son los más idóneos e indicados para trabajar en la regeneración de los valores ambientales. Son ellos quienes deberán implementar una cultura de conciencia y de responsabilidad ecológica para su propia supervivencia y la de las futuras generaciones.

A raíz de ello, desde hace algunos años, el Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA), en coordinación con unidades educativas, está promoviendo e impulsando acciones ambientales. Una de esas acciones se orienta a la consolidación de “patrullas ecológicas”. Esta iniciativa tiene el objetivo de coadyuvar en tareas de concientización dentro y fuera de la unidad educativa, impulsando permanentemente acciones ambientales para generar cambio de actitudes en estudiantes, profesores, administrativos y padres de familia.

Las patrullas ecológicas están constituidas por grupos de estudiantes que, en el ámbito de las unidades educativas, desempeñan las siguientes funciones:

Controlar, vigilar y orientar dentro y fuera de la unidad educativa, sobre infracciones ambientales (daños ambientales) que son cometidas por los miembros de la comunidad educativa, como ser: botar residuos sólidos en el patio y aula, pisar y/o maltratar los jardines, arrancar hojas de los árboles, colgarse en los árboles, despilfarrar el agua, etc.


Anotar infracciones ambientales de estudiantes.
Coadyuvar e impulsar campañas de limpieza en el aula, la unidad educativa y los barrios de nuestra ciudad de Oruro.


Informar, sensibilizar y conscientizar mediante títeres, videos, maquetas, paneles, teatro, concursos, afiches, volantes, pensamientos, etc., a la comunidad educativa, sobre la importancia de cuidar, preservar, proteger con mucho amor nuestro medio ambiente, por el bien de las presentes y futuras generaciones.

En el marco de esta iniciativa, para lo que va de esta gestión, el Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA) y las unidades educativas, han programado relanzar este programa de PATRULLAS ECOLÓGICAS con el lema: “niños y jóvenes adolescentes caminado hacia una justicia ambiental”. En un acto simbólico, pero de gran importancia, el viernes 29 de agosto, alrededor de 100 estudiantes de 9 establecimientos educativos harán su compromiso de trabajar en pro de un mundo limpio en el que todos podamos gozar de los beneficios de la creación de manera equitativa y sostenible.

Las unidades educativas que participan en este programa (San Ignacio de Loyola, Jesús de Nazareth, Alcira Cardona, Donato Vásquez, COMIBOL - Oruro, Tomas Barrón, Melvi Jones, Kantuta 2 y Josermo Murillo), con sus respectivas patrullas, se concentrarán en la unidad educativa Jesús de Nazareth (Calle Jaén y Peralta Soruco), el 29 de agosto de horas 10:00 a 11:00.

Hoy más que nunca, la vida sobre la tierra exige de todos un sentido de responsabilidad universal: nación a nación, persona a persona, y responsabilidad humana para todas las formas de vida. Quizás nuestro primer paso sea reforestar nuestros corazones, tomar conciencia, actuar con responsabilidad y no empecinarnos en continuar destruyendo nuestro único planeta llamado tierra.

Limbert Sánchez Choque

Área: Educación y Formación CEPA

Para Bolivia y el Mundo

La danza boliviana como indicador y generador de identidad y etnicidad en los contextos online y offline de EVELINE ROCHA TORREZ.

Las danzas bolivianas, que acompañan a las procesiones religiosas eran ya en tiempos de la conquista española una expresión importante de la identidad y resistencia indígena en contra del dominio colonial. Muchas de las danzas hoy practicadas surgieron y comenzaron a difundirse también en los sectores urbanos durante la época republicana, luego de la declaración de la independencia de la corona española en el año 1825. Sin embargo, recién en la segunda mitad del siglo XX las danzas “de entrada” se transformaron en un fenómeno masivo con una fuerte conexión con la creación de estado post-revolucionario y con las cuestiones de identidad y etnicidad. De esta manera danzas actualmente populares como la Morenada, la Diablada, el Tinku, el Taquirari y en especial la danza de los Caporales se han transformado en símbolos de “lo nuestro” aceptados por todos los estratos sociales y han llegado a formar parte de las narrativas acerca de una tradición y un pasado heroico indígena promovidas por el estado y los medios de comunicación.

El desarrollo de los nuevos medios de comunicación posibilitó que se haga presente en las redes sociales de la web donde este discurso transnacional se manifiesta una amplia gama de páginas web, blogs, perfiles de Facebook, etc.

La investigación enfoca sobre el rol que juegan las danzas bolivianas en la construcción de la identidad y etnicidad en la diáspora boliviana en los contextos online y offline. Es centrado en grupos fuera de Bolivia, por lo tanto este análisis no es sobre la misma danza sino del discurso que las acompaña, concretamente de los comentarios de personas que viven fuera de Bolivia; en la mayoría bolivianos de primera y segunda generación de migrantes y mitad bolivianos, siendo que en los grupos de danza bolivianas en el extranjero los bailarines generalmente no son bolivianos.
evelinerochatorrez@yahoo.com - http://www.bolivia.at.tf/

La Identidad en Los Pulmones

La Madrugada del día martes 5 de agosto, el Centro Cultural Autoctono Wasuru Q’anampi, ofreció una mesa blanca en casa de Mama Matilde (Sacerdotisa Andina) para que les vaya bien en las festividades programadas.

En Poopó:
El día 6 de agosto, los tatas músicos de Sartañani, acompañaron a la autoridad pasante en el desfile cívico y la por la noche a “Toro Cancha” lugar sagrado, la autoridad explicó que allí se ch’alla en uno solo, todas las ch’allas y visitas que se hacen los domingos después de salir de la Misa. Los rezos que hacen son muy largos y en quechua, eso cada autoridad debe saber de memoria.

El 7 de agosto, la música de Sartañani recorrió toda la población de Poopó junto a la autoridad pasante que visitaba a todos sus parientes, conocidos y personalidades reconocidas, en cada visita se ch’alla y se invita un poco de bebida o/y pasancalla, los visitados responden con ofrendas en dinero o cerveza.

El 8 de agosto, Poopó amaneció cubierto de nevada, es buena señal, las autoridades han realizado una buena ch’alla, han cumplido bien y la naturaleza hoy está retribuyendo. Es la lectura que realizaron muchos y la manifestaron durante el día.

El cuarto día, es el día del concurso, todos se aseguran de estar bien uniformados y las mamas acompañaran bailando al ritmo de cairani.

Al medio día la plaza se llenaba de músicos de distintos grupos y categorías diferentes.
Llegado el momento de la demostración los músicos interpretan y hacen música a todo pulmón con todo sentimiento, las mujeres se mueven al ritmo de la música que salía de las sankas… a las pocas horas se conoce que Sartañani clasificó en segundo lugar. Ya en el cabildo el Tata Mallku (autoridad pasante) y todos sus acompañantes ch’allaron hasta muy tarde.

Cuatro días de música se había grabado en el mismo ser, ya en la ciudad de Oruro, sin importar el ruido o el silencio, todos coincidimos que continuamos escuchando la melodía de kantus sicuris y cairani.
Alicia

lunes, 4 de agosto de 2008

La Música en Salinas de Garci Mendoza

No todo lo que brilla es oro, dice Macedonio López en su libro PROVINCIA LADISLAO CABRERA, al hacer referencia sobre la música popular que los antepasados de esa provincia cultivaron.

“La tradición cuenta que la música autóctona fue muy variada, los instrumentos utilizados fueron: zampoñas, quenas, julajulas, guitarrillas y charangos, estos dos últimos durante la colonia. Nos olvidamos de nuestra música, nos olvidamos de una “pandilla” que antaño fue amenizada por guitarrillas, de los “chutos”, de las “quenaquenas” , de los “cajanis” y otros, nuestros antepasados bailaron el “chuncho” el 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen al son de la quena.

Nos olvidamos de las zampoñas, de ese rico aire nativo, sentimental pero alegre; desapareció el gran conjunto de Churacari que se lucía el 14 de septiembre; el de Callohalca, Luca, Vinto, Colcaya Ancoyo y Chilalo que eran los más exponentes de la fiesta de Santiago y cambiaron por la banda de músicos; por último el de Tocoroma, y Sevengani que era la expresión auténtica de la Fiesta de Guadalupe (8 de septiembre), nos olvidamos del “Masuru waruru” ejecutada en una zampoñada.

Ingratitud imperdonable, se puede recuperar la zampoñaza que ahora nuevamente se ejecuta en algunas comunidades; pero las pandillas, las julajulas, los “llano bailes” y otros, no podrán recuperarse porque a través del tiempo se ha perdido por completo su esencia misma.

Lo único que no olvidamos es la “anata” que sigue siendo original, música propia del pueblo salineño, fiel expresión de su progreso cantando en sus huayños.”


Texto extraído del libro: PROVINCIA LADISLAO CABRERA. Del autor: Macedonio López Condori. CEPA. Oruro 2008. 184pp.

miércoles, 23 de julio de 2008

La Interculturalidad en Umbrales del Nuevo Milenio

En el marco del “Ciclo de Jornadas de Diálogo Intercultural e Interreligioso” realizadas recientemente en el Centro de Formación Tambo CEPA Chuzekery, varios participantes elaboraron ensayos de reflexión. A continuación compatirnos una de estas reflexiones.


LA INTERCULTURALIDAD EN UMBRALES DEL NUEVO MILENIO

Es absolutamente evidente que en los últimos años se están viviendo cambios a nivel político, moral, económico, social, no solo en nuestro país, sino a nivel mundial.

Partimos del hecho de que la cultura occidental ha basado sus conocimientos en una estructura lógica materialista –cuadrangular, que concibe a los seres de nuestro entorno como objetos que pueden dar una utilidad económica sin importar las consecuencias. Actualmente, a título de “conciencia ambiental” pretenden reparar los daños que se han producido a lo largo de las últimas décadas, lo cual no deja de ser un mero discurso.

El conocimiento científico occidental concibe la distribución del tiempo en años y siglos, en tanto que en nuestras culturas andinas esta distribución está señalada por “Soles”. En estos últimos años se está ingresando al “Sexto Sol” y, por lo tanto, se están produciendo cambios que están afectando nuestra manera de ser, percibir, sentir, ver, comprender, relacionarse y creer.

En este concierto de cosas, la problemática de la Interculturalidad nos lleva a un proceso de DIÁLOGO que solo va a ser posible en un ambiente de respeto y correspondencia mutua entre culturas, con miras a construir bienestar colectivo superando meros intereses materialistas. Una de las claves para vivir un proceso de interculturalidad es entrar en lo profundo de la espiritualidad de los pueblos: vivir y comprender su contexto.

PROYECTOS DE IMPACTO MUNDIAL

En las últimas décadas se han vivido proyectos que han dejado sus impactos:

1er. Proyecto: Manhattan, este proyecto se desarrolló en los años 40 en el marco de un acuerdo entre Estados Unidos y Gran Bretaña. Científicos secuestrados y contratados de nacionalidad europea, y específicamente de Alemania, fueron trabajando en la Bomba Atómica. Este hecho influyó en la forma de pensar.

2do. Proyecto: se produjo en los años 60 cuando se envió al primer ser humano al espacio exterior con una expedición llamada Apolo que tuvo como objetivo la conquista lunar.

3er. Proyecto: a inicios del siglo XXI se fueron abriendo los enigmas de la vida con la lectura del Genoma Humano (Mapa genético humano). Así también se adiciona la fuerte trascendencia del Internet.

PROCESO DE INTERCULTURALIDAD

Podemos entender la interculturalidad como un encuentro de culturas, una convivencia mutua. En este espacio de encuentro surge la necesidad de vivir y ofrecer conocimientos y percepciones de la realidad con una urgencia de vivir con los demás. Este hecho se traduce en una belleza de expresión de la diversidad en la cual se debe aceptar y respetar los conocimientos de las culturas, donde no existen culturas superiores o inferiores. Con la ayuda de redes de comunicación se debe poner en relieve la importancia del derecho que todos tenemos de ser diferentes y ser unidos para un bienestar común en un ámbito de relación, dignidad y respeto.

ESPIRITUALIDAD

Los andinos se han caracterizado por tener una dimensión teológica-espiritual muy fuerte. Este hecho, al momento de la mal llamada “conquista” fue considerado como un aspecto negativo e idólatrico, lo cual trajo consigo la cristianización.

Las culturas andinas tenían una comunicación plena con su entorno. Muestra de ello constituyen las costumbres que hasta ahora se practican considerando a la tierra como Pacha, merecedora de respeto y cariño como agradecimiento a la madre que nos alimenta. Hay que decir que también los pueblos del oriente del país supieron administrar eficientemente los conocimientos de hidráulica; aún así fueron sacrificados por su condición de “salvajes”.

MODERNIDAD Y POSMODERNIDAD

Actualmente estamos atravesando un momento difícil del proceso histórico, lo cual obliga a tener una perspectiva intercultural donde se está comenzando a dar la razón al ámbito espiritual de las culturas milenarias en el sentido de conservación y respeto hacia la naturaleza y se cuestiona la racionalidad científica occidental.

Frente a toda la problemática de falta de valores surge la necesidad de crear ambiente de espacios de democracia dentro un diálogo horizontal en igualdad de derechos y en la búsqueda de Proyectos de Vida.

PROYECTO POLÍTICO

Lo “moderno” no plantea un modelo de genuino desarrollo. El mundo andino es alternativo porque a lo largo de su existencia mantuvo una relación de ser humano con la tierra y todo su entorno, no como un objeto sino como un componente de su familia, de su ser.

ECOCOMUNICACION

La comunicación debe ser desarrollada desde lo más profundo del espíritu y en un ámbito de sinceridad y respeto mutuo buscando un bienestar común.

CONCLUSIONES

Nuestras culturas pierden su fuerza a causa de las costumbres que nos han llegado en principio por la educación y ahora por la masiva comercialización de estilos de vida.

La cultura occidental ha despreciado los conocimientos y costumbres de las culturas aymara y quechua, minimizando al campesino a un ser que sirve como un peón o un cargador al que le falta higiene y criterio para desarrollar el medio. Sin embargo, hoy nos damos cuenta que ese ser es aún más inteligente y con capacidades innatas de adecuarse a cualquier ambiente para trabajar y, lo más importante, nuestros ancestros cultivaron mucho el valor moral del respeto que en la actualidad se pierde en el camino del “desarrollo”.

Actualmente se observa que mucha gente está tomando conciencia y revalorizando los conocimientos de las culturas milenarias. Asimismo a nivel ecológico, pero esta concientización no va a ser valedera si no se ponen en práctica actitudes ecológicas que tendrán que luchar contra los prototipos que vienen del exterior, del estilo de vida basado en el consumismo, la moda y el individualismo.


Norka Colque Mamani
Oruro - Bolivia

lunes, 23 de junio de 2008

El Año Nuevo Andino y su Relación con San Juan

¿QUÉ ES EL AÑO NUEVO ANDINO?
El Año Nuevo Andino es una celebración que se vincula al Solsticio de Invierno, es decir, a la época del año en que el sol se halla en su punto más alejado en el firmamento, los días son más cortos y las noches más largas y frías. Según el calendario, el Solsticio de Invierno acontece el 21 de junio, aunque más importante que la fecha es el periodo de tiempo.

Se dice que con el Solsticio de Invierno el sol empieza su retorno, los días se hacen cada vez más largos y calientes, además que la naturaleza empieza a regenerarse; esto facilita el inicio de un nuevo ciclo de producción para las sociedades andinas agrarias que tienen una concepción cíclica del tiempo.

¿CUÁLES SON SUS SIGNIFICADOS?
Existen diversas interpretaciones: “Willka Kuti” que sería el retorno del sol; es un Taypi (centro) entre el año que se deja y el año que comienza; también es la “renovación” de la vida, de la naturaleza y con ello de un nuevo ciclo productivo.

Esta fecha es de vital importancia para los pueblos andinos que, desde remotos tiempos, han observado cuidadosamente los ciclos de la naturaleza y los astros. Ciclos que han marcado la organización del tiempo, de las actividades productivas y de la vida misma. Por ello es que los pobladores andinos conservan un profundo respeto por su medio natural, lo cual se hace evidente a través de una serie de celebraciones festivas y rituales, mismas que sirven como referentes que marcan los principales momentos de los ciclos astronómicos, climáticos y productivos.

El Año Nuevo Andino es un momento que marca la alternancia de un periodo de oscurecimiento (noches largas) a otro de una claridad creciente (días más largos). Del fin de un ciclo de producción con las cosechas de mayo y el inicio de otro a partir de los ritos de licencias a la Pachamama en agosto y el inicio de las siembras en septiembre. En síntesis es un verdadero Taypi (centro) y a la vez de un Kuti (alternancia) necesario para mantener el equilibrio en la naturaleza y la sociedad.

¿DESDE CUANDO SE CELEBRA Y CON QUÉ OBJETIVOS?
No se sabe con certeza si la celebración del Año Nuevo Andino corresponde a remotos tiempos precolombinos. Sin embargo, en atención a sus significados creo que si puede haber sido posible, puesto que, existe bastante evidencia que las sociedades andinas, como otras sociedades antiguas en el mundo, han desarrollado una organización del tiempo (calendarios) basada en la observación e interpretación sistemática los ciclos de la naturaleza y los astros, comprendiendo y sacralizando los momentos cruciales de estos ciclos. Un ejemplo de ello serían las celebraciones solsticiales de invierno.

No obstante, creo que la denominación de estas celebraciones como “Año Nuevo” es bastante reciente. Existen informaciones que desde aproximadamente la década de los 80 del siglo anterior, algunos intelectuales aymaras, a través de movimientos académicos, culturales y políticos han promovido la organización de festivales del Machaq Mara o Año Nuevo Andino. Eso sucedió en Tiwanaku y otros lugares. Posteriormente, estos festivales crecieron por influjo del turismo y los intereses comerciales.

Pero, pese a ello, en la celebración del Año Nuevo Aymara se halla una clara intención de revitalizar símbolos culturales indígenas, una ideología que sirve como soporte de los movimientos que luchan por la reivindicación de los pueblos originarios.

En este sentido, en Año Nuevo Aymara no sólo marca la renovación de un ciclo anual, sino de todo un periodo de sojuzgamiento, explotación económica, exclusión social, negación cultural y discriminación étnica, en espera de una Pachakuti o inversión del orden social con justicia para los pueblos originarios. Detrás del significado cultural del Año Nuevo Andino, hay también un sentido político de reivindicación.

De este último hecho, puede entenderse que las grandes celebraciones del Machaq Mara se hayan reproducido en distintos lugares de los Andes de Bolivia, Perú, Ecuador y Chile. Celebraciones que se pueden justificar por sus valores y significados culturales y espirituales, pero que guardan estrecha relación con el surgimiento de los pueblos indígenas andinos que se han convertido en principales actores sociales y políticos de los Estados actuales.

¿POR QUÉ 5516 AÑOS?
El 2008 se dice que se celebrarán 5516 años. Pero como se calcula este tiempo. La respuesta se halla en la interpretación que hacen de su historia los propios pueblos andinos. Interpretación que está ligada a esa ideología de reivindicación que mencione anteriormente.

Se habla de ciclos largos en la historia social de los pueblos andinos. 1) Un primer ciclo correspondería a las sociedades andinas antes del surgimiento de las grandes civilizaciones y de la agricultura, se trata de pueblos de cazadores, pescadores y recolectores. 2) El segundo ciclo se relaciona con el surgimiento de la civilización de Tiwanaku, su auge y todo el desarrollo cultural y tecnológico asociado. 3) El tercer ciclo se remite a la decadencia de Tiwanaku y la disgregación de los pueblos andinos que se hallaban constantemente enfrentados en guerras (puede tratarse del periodo arqueológico del intermedio tardío y que la etnohistoria identifica como la época de formación de los “señoríos aymaras”). 4) Con el cuarto ciclo se iniciaría un nuevo periodo de luz, simbolizada en la formación del Estado Inka, de unificación y de orden para los pueblos andinos. 5) Finalmente, el quinto ciclo hace referencia a la tragedia que significó para los pueblos andinos la conquista de América en 1492.

En todos estos ciclos se señala una alternancia entre periodos de oscuridad (puruma/ ch’amak pacha) y de luz (qhana pacha). Tiwanaku y la época Inka serían los periodos de luz para los pueblos andinos. La conquista sería el último ciclo de oscuridad, en la espera de un Pachakuti o un nuevo ciclo de luz.

Cada uno de los ciclos mencionados comprendería una duración de 1000 años (en términos simbólicos, no cronológicos). De ahí que son 5000 años, a lo cual se suman los años cronológicos a partir de 1492 (la conquista de América) hasta la fecha (2008) que serían 516 años. En síntesis, así tenemos los 5516 años que se celebrará con el Año Nuevo Aymara.

¿QUÉ RELACIÓN TIENE CON LA FESTIVIDAD DE SAN JUAN?
En realidad, el Año Nuevo convencional que se celebra el 1 de enero está también vinculado al Solsticio de Invierno, pero para los países del hemisferio norte, ya que, cuando aquí es invierno allá es verano y al revés. Existe bastante documentación que los antiguos pueblos del mundo occidental también celebraban los solsticios con connotaciones similares a los Andes, sólo que todo eso fue encubierto por el cristianismo que impuso su calendario con santos, vírgenes y Cristo, sobre celebraciones que consideraba “paganas”. Ahora, las antiguas tradiciones occidentales son sólo un recuerdo, inscritos en libros de historia y de folklore.

El cristianismo instauró la celebración del nacimiento de Cristo en coincidencia con los ritos solsticiales de invierno y el nacimiento de San Juan Bautista con las celebraciones del solsticio de verano. La fundamentación religiosa cristiana es que Cristo representa la renovación de la vida a través de la redención, en concordancia con las antiguas creencias de que el Solsticio de Invierno representaba la renovación de un nuevo ciclo vital de la naturaleza con el retorno del sol. San Juan Bautista, se asocia con el solsticio de verano, cuando el sol empieza a declinar y, por tanto, en las antiguas prácticas “paganas” se lo trataba de “reanimar” a través de fogatas y luminarias rituales.

El calendario cristiano se hizo universal, y de esa manera llega a los pueblos andinos con el proceso de conversión. Pero como en el sur, el invierno no esta asociado a Cristo, no se habla aquí de un Año Nuevo. El símbolo cristiano que corresponde a nuestro solsticio invernal es San Juan Bautista.

De lo anterior se deduce que en las comunidades andinas actuales se celebró San Juan con las connotaciones e un verdadero Año Nuevo. A parte de las fogatas rituales de la noche del 23 de junio, víspera de San Juan y de los ritos con agua “purificada” el día 24 -en alusión al rol de San Juan que bautizaba a la gente con este elemento-, existe una serie de creencias tanto en las comunidades andinas como en los sectores populares urbanos de que en San Juan se deben quemar las cosas viejas, o que también se debe leer la “suerte” en elementos como el estaño fundido y otros. Aspectos que claramente denotan que se espera un nuevo ciclo, de renovación. La celebración de San Juan, es pues, el Año Nuevo para quienes vivimos en el Sur; es el símbolo asociado a nuestro solsticio de invierno.

Ahora, para mí, tiene más sentido el por qué de las grandes fiestas que se organizan en San Juan, que sólo tienen comparación con el Año Nuevo convencional impuesto por el cristianismo.

Quizás la festividad de San Juan, ha permitido la pervivencia y continuidad de ritos solsticiales que nuestros ancestros solían hacer y que, ahora, se trata de recuperar a través de las celebraciones del Machaq Mara o Año Nuevo Andino.

Marcelo Lara B.
Derechos Etno culturales
Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA)