viernes, 13 de marzo de 2015

Carangas, 1860-1930: Renegociando la autonomía comunitaria. Derechos comunitarios a la tierra y reforma liberal en el altiplano boliviano.

Investigación doctoral de la Dra. Hanne Cottyn.
Departamento de Historia, GhentUniversity, Bélgica.
Supervisor Prof. Dr. Eric Vanhaute.

Resumen de la investigación

La investigación Renegociando la autonomía comunitaria presenta un análisis histórico detallado de las dinámicas locales en la provincia de Carangas, Oruro, durante la irrupción del liberalismo en Bolivia. Se trata de una región rural donde la producción y gobierno local eran y son fuertemente regulados por estructuras comunitarias. Estas estructuras fueron seriamente cuestionadas al anunciarse e implementarse una reforma agraria anti-corporativa a finales del siglo XIX.

Bajo el nombre de la Ley de Exvinculación, declarada en 1874, el gobierno de Bolivia pretendió abolir las comunidades indígenas como institución terrateniente, contribuyente y representativa con el argumento de fomentar el progreso del país. Sin embargo, lejos de cumplir su objetivo de generar una transición capitalista del país, la ley produjo una expansión del sistema semi-feudal de la hacienda. En vez de crear una clase de campesinos con propiedad individual privada, la mayoría de las tierras comunitarias fueron absorbidas por la hacienda, convirtiendo a los comunarios en peones.

Al mismo tiempo, varias regiones lograron excluirse de la ley. Ese fue también el caso de las comunidades de la provincia de Carangas, que hasta mitades del siglo XX abarcaba la parte occidental del departamento de Oruro. Esas tierras, poco aptas para la agricultura pero abundantes en ganado camélido, quedaron en manos de la comunidad. Empero, los factores ecológicos y de marginalización, que convirtieron esas comunidades en lugares menos atractivos para potenciales usurpadores de tierras, no bastan para explicar cómo Carangas escapó de la ley.

Explorando fuentes archivísticas locales, regionales y nacionales en combinación con trabajo de campo, la investigación revela una historia mucho más dinámica. Los comunarios y sus autoridades obtuvieron concesiones que reconocían su tenencia comunitaria de la tierra, a través del despliegue de diversas estrategias de resistencia: acciones legales, incidencia política y hasta la insurrección violenta.

Este proceso tiene una historia más larga, aunque el presente análisis se limita al periodo de 1860-1930, enfocando los argumentos tributarios de los comunarios, su representación legal y los efectos de la creciente presión sobre la tierra para las relaciones de poder inter-comunitarias e inter-étnicas.

La experiencia de los comunarios de Carangas no se presenta como una microhistoria desconectada, por su tenaz resistencia, frente el “mundo exterior”. Más bien, su historia solo puede entenderse considerando las interconexiones dinámicas entre estos actores ‘periféricos’ y un mundo que se va globalizando. Desde tal perspectiva local-global se visibiliza cómo esas comunidades rurales renegociaron creativamente las condiciones de su participación y autonomía frente procesos históricos de integración de mercados y consolidación estatal.

Esa observación pone en debate la imagen generalizada de un mundo rural desintegrándose por fuerzas homogeneizadores y destaca cómo esas presiones globales nutren la (re)creación de “contra-espacios” comunitarios.

Clave en esa resistencia comunitaria contra estos procesos de homogeneización es la insistencia en garantizar un margen de autonomía para el control comunitario sobre la tierra.

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