lunes, 9 de marzo de 2015

A 100 días del desastre ambiental en el lago Poopó

El 18 de noviembre de la pasada gestión, las comunidades pesqueras del lago Poopó, en el lugar de Umanani del ayllu Pumasara, encontraron millones de peces y cientos de aves sin vida, desparramadas a orillas del lago. Luego del suceso, las autoridades del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro, emitieron un informe manifestando: “En conclusión, los peces murieron debido al bajo nivel de agua, reduciendo el nivel de oxígeno disuelto, elevación de la temperatura del agua, agravado por el evento extremo de fuertes vientos de 69 Km/h ocurrido el 18 de noviembre del año en curso.  Respecto a las aves muertas encontradas en el sector, no se cuenta con información suficiente para determinar la causa de la muerte de las aves debido a la ausencia de recursos humanos, técnicos y económicos”. Este informe establece que las causas del acontecimiento fueron los fenómenos naturales (poca agua, altas temperaturas y fuertes vientos) y el cambio climático.

Posteriormente, se intentó levantar los millones de peces y aves muertas, a través del Ministerio de Salud, considerando que podría afectar a la salud de las familias pesqueras. Sin embargo, esta acción no ha sido ejecutada por cuanto se encontraban en una superficie aproximada de 20 kilómetros de largo, y 10 metros de ancho, lo que imposibilitó limpiar el lugar del suceso. Solo se recogió y se enterró una parte de las aves muertas.

Las acciones llevadas a cabo por las autoridades ambientales, tanto departamentales como nacionales, no tuvieron incidencia directa en la vida de las familias de las comunidades pesqueras. Después de cien días de haber encontrado a peces y aves muertas en el lugar de trabajo de los pesqueros de la comunidad de Untavi, todavía se encuentran y siguen llegando aves y peces muertos, arrastradas por las olas y la fuerza de los vientos.

Las tareas realizadas por las autoridades pertinentes, han sido ejecutadas desde una visión unilineal del desastre ambiental, limitada a un análisis técnico. Estas acciones debían estar encaminadas tomando en cuenta que el deterioro del ecosistema del lago Poopó también implica la vida de las familias pesqueras; es decir, conocer y comprender sus capacidades de explicación y de respuesta, su creatividad de generar mecanismos de resistencia ante las alteraciones sufridas por el lago que afectan sus relaciones sociales, económicas y culturales.

Una visión integral para salvar la vida del lago Poopó, considerando estas dos perspectivas -lo técnico y lo socio-cultural en su complementariedad,- permitirá que las comunidades pesqueras, a partir de sus propios conocimientos e iniciativas, formulen proyectos alternativos que compensen ya a corto plazo la reducción de sus ingresos generados por la actividad de la pesca, ahora deteriorada.

A pesar de haber transcurrido cien días de este desastre ambiental, la permanencia y la aparición de aves y peces muertos en las últimas semanas, provocó preocupación en la población de las comunidades afectadas “No creo que el lago vuelva a ser igual que hace 30 años atrás, pero por lo menos queremos sanarle para dejarlo vivo a nuestros hijos…”, dice don Valerio Rojas, autoridad originaria del ayllu Pumasara. Está convencido que el lago ha sido y será una fuente de ingresos económicos y que la relación cotidiana con las aguas, en un ámbito de respeto y reciprocidad permanente,  permitirá la pervivencia de todos los pueblos que conviven y dialogan con las MAMAQ’OCHAS.

Ruth Vilches
UNIDAD DE JUSTICIA SOCIO AMBIENTAL – CEPA


Fotografías: CEPA – Jhonny Terrazas

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