viernes, 23 de diciembre de 2011

La Navidad un momento de solidaridad

Poco a poco se acerca el día en que celebraremos el día en que Dios nos manifiesta su gran amor a través del nacimiento de su Hijo en Belén. Nació en un pesebre pobre ya que no pudo encontrar alojamiento para que María pueda dar a luz en un lugar con todas las comodidades que una madre gestante necesita.

Nuestro Dios se hizo hombre naciendo como un niño, gracias a la bondad de una mujer, María, que aceptó manifestarnos ese gran amor sin poner condición alguna.

En muchos hogares de nuestra ciudad esperamos con gran alegría este momento este regalo de Dios al darnos a su Hijo Jesús. Muchos padres y madres; tíos y tías; abuelos y abuelas imitarán este acto de amor dando regalos a sus hijos, nietos y sobrinos.

Pero la opulencia y el consumismo intentan opacar ese acto de amor gratuito. Podemos ver que los mercados y supermercados se han llenado de ofertas navideñas, aún así los precios de los juguetes, ropa y algunos artículos alimenticios están por las nubes. En las ferias escuchamos a muchos niños y niñas que eligen sus juguetes y otros niños y niñas, en algunos casos, pone condiciones a sus padres y madres de familia para que les compren tal o cual regalo.

En algunos lugares del área rural aún no llegó este mensaje de amor ¿quién lo debe anunciar?, muchos niños y niñas pasarán la noche como cualquier otra. Otro grupo de niños provenientes del campo tendrán que hacer largas filas (incluso desde la madrugada) para recibir algún regalo, una taza de chocolate y un buñuelo o un pedazo de panetón ofrecido por algunas instituciones solidarias, entre ellas el Canal 13, RTVU.

No falta la solidaridad de los niños, niñas y adolescentes.

El pasado 12 de diciembre, las educadoras del hogar “la Gotita de Leche”, dependiente del Servicio Departamental de Gestión Social de la Gobernación (SEDEGES), en coordinación con la oficialía mayor de cultura del municipio, organizaron un festival de danzas con la finalidad de hacer una campaña para recaudar fondos y así dar regalos a los niños albergados en ese centro. Los niños de “la Gotita de Leche” necesitan mucho cariño y amor; algunos de estos niños han sido abandonados por sus padres y otros son niños y niñas huérfanos de entre los 0 a 6 años de edad y son acogidos en este hogar con el cariño de la directora, de las educadoras y algunas voluntarias.

En este festival se observar la participación de algunos Centros de Ballet, entre ellos el Centro RENACE (dependiente del gobierno municipal) y el Centro de Arte y Cultura Auza Arnez. Ambos grupos presentaron sus danzas y ballets referidos a la Navidad. En la cara de los niños y niñas de ambos grupos participantes (de entre los 4 a 12 años), se reflejaba la alegría y felicidad porque estaban conscientes de la solidaridad y el aporte que darían con esta actividad para todos los niños y las niñas de “la Gotita de Leche”.

Claro, no podía faltar la presentación de una danza de los propios niños y niñas del hogar que con su sencillez, alegría y cariño deleitaron a todo público arrancándole un fuerte voto de aplausos.

También estuvo presente la danza de los villancicos del Centro Cultural Renacer y, con el famoso trinar de los pájaros que anuncian con alegría el nacimiento, una pareja de niños puso en el pesebre al Niño Jesús.

El festival se cerró con la danza de un grupo de padres de familia de uno de los Centros de Cultura.

Ojalá en el futuro se pueda organizar este tipo de festivales para motivar a la recuperación de algunas tradiciones y la danza de los villancicos como un acto de gratitud y alegría al nacimiento del Hijo de Dios en medio de su pueblo y esté al servicio de actos de solidaridad y fraternidad entre toda la población, como anuncio de la justicia y la igualdad entre todos los hombres.

En muchos lugares, como en nuestra ciudad, veremos los villancicos como parte de una fiesta en el que se nombran pasantes y se convierte en una fiesta donde las bebidas alcohólicas pretenden distorsionar tal gratuidad y signo de amor.

En Poopó, la fiesta del primero de enero está dedicada al Niño y mucha gente se concentra en esta población para participar de la fiesta. Sin embargo, es necesario profundizar este mensaje con la solidaridad, el mensaje de paz y la justicia para todas las personas del mundo. Y que el consumo excesivo de alcohol no haga de esta fiesta de unidad una fiesta de competencia en la que abundan las bebidas y las peleas, distorsionando ese mensaje de unidad y paz.

Julián Arias Carballo

AMERINDIA - CEPA

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