El ritual “Puqhanchawi del Jallupacha” celebra la Nación Originaria Suyu Jach’a Karangas el miércoles antes de la entrada del Anata Andina durante el tiempo del Carnaval. Es así que el Jallupacha expresa la cultura e identidad de Jach’a Karangas.
En la cosmovisión andina, la persona está fundamentada en la relación: consigo mismo, con el mundo espiritual, con los otros, con la naturaleza y el mundo subterráneo; que se rige bajo el principio de la dualidad del chacha – warmi.
Según nuestra cosmovisión, decimos que la Pachamama es la madre tierra que cuida la vida de los hombres, mujeres, niños y niñas; es la Madre que cuida de los animales; es la Madre que es dueña de las piedras, los cerros y vertientes de agua; la que protege, cuida y hace que la tierra dé sus frutos para el bienestar y la seguridad alimentaria de las personas. En ese entendido para el hombre andino nada es gratuito, si uno quiere recibir debe saber dar. Por consiguiente cuando se celebra el “Phuqanchawi del Jallupacha” se hace referencia a “cumplir”, “hacer cabalar” una cosa con las deidades y los antepasados, ya que han sido generosos con los habitantes de Jach’a Karangas. Por lo que ellos, las autoridades están obligados a devolver (simbólicamente) parte de lo que han recibido. Este cumplimiento es parte de la reciprocidad que existe entre las personas, las deidades y los antepasados que están velando por el bienestar de todo el pueblo.
Esta expresión ritual del phoqanchawi, se realiza en la zona sud de la ciudad en el cerro denominado el Cóndor, por lo que nos preguntamos ¿por qué en la Illa del Cóndor? En la simbología andina están presentes el cóndor, el puma, el águila y otros animales. También el puma y el cóndor Mallku son considerados como animales sagrados y estan representados en Tiahuanaco. Se dice que este animal con su vuelo está entre el Akapacha (tierra) y el Alajpacha (cielo)". En el contexto de Karangas, el Mallku es el que representa la máxima autoridad entorno al cual se genera la unidad de nuestros pueblos.
Hablar del ritual del Phuqanchawi del Jallupacha es tener una mirada crítica y reconocer en la práctica, la vigencia del calendario andino que está determinado por el ciclo agrícola, y cómo éste influye en la práctica cultural y vivencia religiosa de los pueblos. Es también comprender la relación que las personas tienen con el mundo sagrado y la interrelación entre sus habitantes, el diálogo que se establece con la Pachamama (madre tierra) durante esta época, se lo hace a través de la tarqueada y la interpretación de la anata.
Así mismo, podemos decir que este ritual encierra un patrimonio religioso y cultural fundamental para el fortalecimiento de las Naciones Indígena Originaria Campesinas del departamento de Oruro.
Por lo que es importante, comprender que en este ritual se conjugan varios elementos, no solo el respeto y agradecimiento a la Pachamama por los productos agrícolas y pecuarios obtenidos, sino también es un indicador del rol de servicio que las autoridades originarias tienen que cumplir, por ser ellos los responsables del bienestar de las familias, de las comunidades, de la producción agrícola y reproducción pecuaria. Es decir, del bienestar y de la vida.
Cómo todo hecho religioso – ritual, también promueve la unidad de la Nación Originaria, por ello participan todas las markas y ayllus del territorio de Karangas como la propuesta, siempre vigente de un modelo de desarrollo basado en el respeto y diálogo con la naturaleza. Según plantean algunos, ésta expresión fortalece la resistencia frente a las amenazas de la colonización y promueve la integración de los pueblos mostrando una nueva manera de construir ciudadanía.
Cada ritual, en el mundo andino, es también una celebración festiva. En consecuencia, luego del ritual se desarrolla la demostración de expresiones culturales y religiosas de las Markas, cada una con sus propias particularidades.
Julián Arias Carballo
Programa Diversidad – DKA
Unidad de Culturas - CEPA
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