La producción minera en nuestro
país ha sido normada por un Código de Minería favorable a las empresas
transnacionales, siendo nuestro país víctima del sistema capitalista y
extractivista. Bolivia, siendo un país pobre y subdesarrollado, no cuenta con
políticas claras para la correcta administración de los recursos naturales no
renovables. Después de casi 500 años de explotación irracional no vemos
beneficios perceptibles para el país y menos todavía para las comunidades
afectadas por la explotación minera.
Con antecedentes de esta índole
y los últimos hechos suscitados durante el mes de abril con un saldo de dos
cooperativistas fallecidos, el 3 de junio se abrió un espacio de reflexión
sobre minería, en ambientes del colegio San Francisco, con la participación de
representantes de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, CORIDUP, CEPA,
CISEP, AMERINDIA Oruro, Justicia y Paz del Movimiento Franciscano, Radio Pio
XII y otros. La exposición estuvo a cargo del Ing. Héctor Córdova, ex director
de COMIBOL, en este espacio de reflexión se puntualizó lo siguiente:
Una
ley elaborada a la medida y talla del Código de Minería.
La elaboración de una Ley de
Minería, que defienda y responda a los intereses de la sociedad, tanto en
materia económica como ambiental, es una utopía en el cual navegan las
organizaciones sociales afectadas por esta actividad. Lamentablemente las
pequeñas modificaciones realizadas en la nueva Ley de Minería no cubren los
malestares planteados por las organizaciones sociales. No se percibe un avance
en relación a las consecuencias de la explotación y exportación de nuestras materias
primas.
Minería
con mirada hacia el siglo XXI.
Una nueva visión para la construcción de una Ley de Minería debería ser el resultado de la
participación colectiva de todos los actores relacionados con esta actividad,
ya sea de los operadores mineros como de los afectados por la contaminación
ambiental.
Por una parte, se debe
reconocer que la exportación de concentrados no trae beneficios económicos para
nuestro país, ya que “Bolivia pierde
aproximadamente mil millones de dólares al año por la exportación de minerales
no registrados oficialmente.” (Fuente Ministerio de Minería y Metalurgia,
Anuario Estadístico 2006 y 2010)
Además, por otra parte, si nuestro
país produciría metales con valor agregado, tendríamos mayores ganancias de lo
que recibimos actualmente. Si queremos plantear una nueva Ley de Minería, deberíamos
pensar con esta visión: priorizar la explotación de aquellos minerales
que puedan ser fáciles para la industrialización en nuestro país y que nos
facilitan la competencia con otros países, detentores de las industrias
mundiales.
¿Sobre
qué pilares debe fundamentarse esta minería?
Un proceso de esta magnitud no
puede implantarse de la noche a la mañana; necesita fundamentarse para poder
guiarnos a un modelo de total aprovechamiento de la explotación de minerales.
Por lo tanto se debe plantear los siguientes aspectos para consolidar esta
visión. Es fundamental el recurso
humano. Las universidades deben
jugar un papel importantísimo para capacitar a la gente que encare este tipo de
procesos. Las investigaciones deben
desarrollar tecnologías apropiadas para la industrialización de nuestros
minerales. Se debe poder contar con capital
de riesgo. La minería corre muchos riesgos por la fluctuación de los
precios y por la incertidumbre de encontrar o no un yacimiento. Se sugirió que
la que coloque ese capital de riesgo, podría ser la empresa privada, mientras que
el Estado debería estar a cargo de la parte operativa y la industrialización de
los minerales.
¿Cómo
se debería hacer conocer esta nueva visión?
Los temas abordados dentro de
esta amplia reflexión, no pueden quedarse lejanos a la sociedad. Se plantea que
las socializaciones sean un punto de partida para que la opinión pública pueda
hacer frente a las aberraciones que dictamina la nueva Ley de Minería,
promulgada recientemente.
Al conocer la información
económica cruda de las pocas ganancias que quedan en nuestro país, se puede
despertar la conciencia de muchos sectores. Cuando vemos lo que estamos
perdiendo, podemos llegar a decir: ¡¡¡Basta!!!. ¿Qué está pasando?
Nos toca actuar y reclamar por
nuestros derechos, ya que los recursos naturales y sus ganancias son de todas y
todos las bolivianos.
Neyza
Victoria Huanca
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