viernes, 20 de febrero de 2015

JALLUPACHA: Las autoridades originarias y las comunidades de Jach´a Karangas expresan su cultura e identidad.

Durante la época del carnaval, las fiestas y la alegría se hacen común en todo el territorio boliviano; aunque se debe reconocer que todos los departamentos, Tarija, Santa Cruz, Cochabamba, La Paz, tienen sus propias particularidades y costumbres a la hora de festejar estos días. Sin embargo, algo que relieva el carnaval de nuestro país ante el mundo es la fastuosa entrada del carnaval de peregrinación en devoción a la Virgen de la Candelaria, imagen que se encuentra en el Santuario Nuestra Señora del Socavón, comúnmente conocida coma la “mamita de la Candelaria”. Como se podrá observar lo que más se mencionan son las celebraciones realizadas en las capitales de los departamentos. Además dichas expresiones culturales y religiosas son difundidas por los medios de comunicación social a nivel nacional e internacional.

Durante siglos las celebraciones del carnaval en las áreas rurales han sido invisibilizadas, empero no por ello olvidadas. Poco a poco el área rural está sacando de la clandestinidad y luchando por visibilizar sus tradiciones, costumbres y prácticas culturales y vivencias religiosas.

En este contexto se debe mencionar el ritual “Phuqanchawi del Jallupacha”, celebrado por la Nación Originaria Suyu Jach’a Karangas. Este acto encierra un patrimonio religioso y cultural fundamental para el fortalecimiento de las naciones indígena originarias del departamento de Oruro. Por eso, es importante constatar que en este ritual se conjugan varios elementos, no solo el respeto y agradecimiento a la Pachamama por los productos agrícolas y pecuarios, sino además indica el rol de servicio de las autoridades originarias que son responsables del bienestar de las familias, de las comunidades y la producción agrícola-pecuaria. También promueve la unidad de la Nación Originaria y es un indicativo de un nuevo modelo de desarrollo basado en el respeto y diálogo con la naturaleza. Por otra parte, según reconocen algunos, fortalece la resistencia frente a las amenazas de la colonización y promueve la integración de los pueblos  mostrando una nueva manera de construir ciudadanía.

Cabe aclarar que esta demostración de las expresiones culturales y religiosas, busca la reivindicación de Jach’a Karangas como nación originaria. Así lo expresan algunas personas que han sido protagonistas de este proceso de construcción de la identidad indígena originaria en esta nación originaria:
  • “En la simbología andina está presente el cóndor, el puma, el águila y otros animales. El puma y el cóndor mallku son considerados como animales sagrados en Tiahuanaco, por eso, en el contexto de Karangas, el Mallku es el que representa la máxima autoridad de unidad de nuestros pueblos. Este animal con su vuelo está entre el akapacha (tierra) y el alajpacha (cielo)”
  • “Cuando empezamos este ritual del Jallupacha, nos dimos cuenta que es para la reconstitución del territorio y la restitución de sus autoridades. Además, en el tema del Jallupacha, hemos visto nuestra realidad como migrantes. Somos más del 80% que tenemos nuestras casas en la ciudad de Oruro. Es lo que se ha llegado a denominar la ‘doble residencia’. De hecho algunas veces permanecemos más tiempo aquí en la ciudad que en nuestras comunidades; esa es la dinámica que llega a complementar la economía de nuestro pueblo.”
 “Aquí el Cóndor (refiriéndose al lugar donde se realiza el ritual) es un lugar sagrado para todas las autoridades originarias de nuestro Suyu y aquí vamos a sacrificar la llama como señal de agradecimiento de la lluvia y pedir que haya mayor producción. Este ritual está impregnado del deseo de todas las autoridades originarias para que sus ‘wawaqallus’ (comunarios) puedan tener buena alimentación, gozar de salud, que sus hijos puedan acceder a una buena educación y lograr conseguir carreras profesionales.”

Por otra parte, hablar del ritual del Phuqanchawi del Jallupacha es tener una mirada crítica y reconocimiento al calendario andino que está determinado por el ciclo agrícola y cómo ésta influye en la práctica cultural y vivencia religiosa de sus pueblos; es comprender la relación que las personas tienen con el mundo sagrado y la interrelación entre sus habitantes. Además, el diálogo que se establece con la Madre Tierra, que durante esta época se lo hace a través de la tarqueada.

Este 2015, el ritual se realiza el día miércoles 11 de febrero. El punto de partida es el sector del cerro de Conchupata. Luego del pedido de licencia a las 7:00 los participantes se dirigirán al ritmo de la música y la danza de la tarqueada hasta el sector denominado “El Cóndor”, lugar donde se realizará el acto principal. Pasado el mediodía harán su demostración en las puertas del zoológico; allí podremos ver el colorido, la danza y la coreografía de todas las poblaciones que integran la nación originaria.

Julián Arias Carballo
CEPA – PROGRAMA DIVERSIDAD

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