Ha transcurrido un año desde que los Urus
protagonizaran una marcha hacia la sede de gobierno, demandando atención del
Estado para resolver problemas de profunda duración histórica: 1)
reconocimiento y respeto a su identidad cultural, diferente de las mayorías
aymara y quechua que predominan en la región andina; 2) desarrollo productivo
para las comunidades Uru; 3) atención en salud y educación; 4) respeto y
protección del lago que es su hábitat y fuente de subsistencia; 5)
aprovechamiento preferencial de los recursos lacustres al igual que sus
ancestros, y 5) principalmente, más tierras y reconocimiento de un territorio
para los Urus del lago, que actualmente ocupan espacios muy pequeños, además
que están divididos en diferentes provincias y municipios, lo que dificulta su
desarrollo y pone en riesgo su continuidad como pueblo y como cultura.
La marcha de los Urus, realizada entre el 5 y 14 de
marzo de 2013, fue una llamada de atención para la sociedad y el Estado
boliviano que largamente los han olvidado y marginado. Solo por tratarse de un
pueblo “minoritario” y con una cultura diferente de pescadores, cazadores y recolectores,
los urus sufrieron permanentemente el avasallamiento de sus territorios,
discriminación y subordinación social, económica, cultural y política. La
evidencia de lo anterior está ampliamente documentada, desde crónicas
coloniales hasta estudios recientes; también las actitudes que muchos de sus
vecinos y el propio Estado mantienen hasta hoy en día con respecto a los Urus,
son signos de discriminación y exclusión.
La marcha de los Urus del lago, en marzo del 2013, nos
dejó un mensaje claro: reconocimiento y respeto a los derechos de uno de los
pueblos más antiguos de los Andes; atención a sus problemas y necesidades como
única forma de asegurar su pervivencia social y cultural. Concretamente, el
conjunto de sus demandas pueden resumirse en los siguientes puntos:
1. IDENTIDAD CULTURAL: Reconocimiento y respeto a la identidad
y cultura de los Urus del lago Poopó, como pueblo milenario de los Andes,
anteriores a los Aymaras y Quechuas. Respeto a su diferencia específica, sin
que sean tratados bajo el modelo cultural de otros pueblos originarios
mayoritarios, los Urus del lago demandan: “NO MÁS DISCRIMINACIÓN, NI
HUMILLACIÓN”.
2. TERRITORIO: La pervivencia del pueblo Uru no se
puede pensar sin un territorio. Como “Qotzuñi” u hombres del agua, los Urus consideran
al lago Poopó su territorio ancestral, ya que el lago es su fuente principal de
sustento económico, base de historia e identidad; es su “Quchamama”. Por otro
lado, el lago Poopó se ha ido reduciendo, dejando descubiertas amplias
extensiones de tierra, mismas que el Estado reconoce como “terreno de dominio
público”, es decir, que no pertenecen a nadie. Los Urus reclaman estas tierras
como base para la consolidación de un territorio, como restitución histórica
del territorio de sus antepasados que, además, les permita generar su fortaleza
organizativa, cultural y desarrollo socio-económico. Actualmente, los Urus del
lago Poopó se encuentran divididos en tres comunidades pertenecientes a
provincias y municipios distintos – no
porque ellos quieren, sino debido a políticas estatales que nunca consideraron
la realidad de este pueblo -, lo que dificulta la articulación de un proyecto
único de vitalización social, económica, política y cultural que esté en
consonancia con los derechos de pueblos indígena-originarios reconocidos en la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia.
3. TIERRAS Y RECURSOS
LACUSTRES: La tierra es
un recurso fundamental para los Urus del lago Poopó, sobre todo, como una
estrategia para complementar su economía lacustre con otras actividades
agropastoriles, ya que los cambios en el ecosistema del lago han provocado la
disminución de recursos que antes les permitían vivir exclusivamente de la
caza, la pesca y la recolección. Las comunidades Urus actuales ocupan espacios
muy reducidos de tierras, que apenas les alcanza para construir sus viviendas o
para una agricultura en muy pequeña escala. El acceso a este recurso vital está
condicionado por las limitaciones que les imponen sus vecinos, quienes ven a
los Urus como simples inquilinos y con pocos derechos. La resolución al
problema de tierras insuficientes de los Urus del lago, es otra demanda que
hasta la fecha no ha merecido mayor atención por parte de las autoridades.
Por otro lado, en cuestión de recursos lacustres:
peces, aves, plantas u otros que constituyen la base de la economía tradicional
Uru, los Urus del lago demandan el aprovechamiento preferencial de los mismos;
ya que, se trata de un pueblo de pescadores, cazadores y recolectores desde
tiempos muy remotos, que no sólo representa una actividad económica para ellos,
sino todo una forma de vida y una cosmovisión. Por ejemplo, la pesca es una
actividad central en la vida de los Urus, aunque ahora comparten dicha
actividad con otras poblaciones Aymaras, para quienes la pesca es únicamente
complementaria a sus actividades agropastoriles muy desarrolladas. Sin embargo, las autoridades departamentales
encargadas de regular esta actividad, tratan a unos y otros con las mismas
reglas, sin comprender que los Urus son pescadores tradicionales. Los Urus
piden el aprovechamiento preferencial de los recursos del lago, en lógica
relación con su modo de vida ancestral.
4. PROTECCIÓN DEL LAGO: Como mencionamos anteriormente, los Urus
consideran al lago Poopó como su “Quchamama”, la fuente de su identidad,
historia y sustento económico. Lamentablemente, el lago está afectado por la
contaminación minera y está amenazado también por los cambios climáticos, sin
que existan políticas estatales claras para su protección y conservación. Los
Urus perciben que la calidad y cantidad de agua, de peces, plantas y aves ha
disminuido considerablemente, poniendo en riesgo su salud y su vida misma como
pueblo y como cultura. Por tanto, los Urus demandan atención urgente sobre este
problema.
5. DESARROLLO PRODUCTIVO: La escasez de tierras, la ausencia de un
territorio unificado, la disminución de los recursos lacustres y la poca
sensibilidad de las autoridades ante esta situación, sitúan a los Urus del lago
Poopó en una condición de pobreza. Por eso, lo Urus
reclaman ser atendidos con proyectos de envergadura que resuelvan sus
necesidades a largo plazo, no con pequeñas iniciativas como se hizo hasta ahora
por autoridades municipales o departamentales. Para esto, primero se debe
resolver el tema de mayor acceso a tierras, así como apoyo para actividades
agroganaderas, proyectos alternativos en artesanía, crianza de peces, turismo
comunitario, etc. Se demanda al Estado facilitar las inversiones en este
sentido.
6. SALUD Y EDUCACIÓN: Los Urus del lago Poopó consideran que
la superación de muchos de sus problemas y necesidades será posible también
mediante la optimización de la educación escolarizada, lo que requiere aspectos
como: mayor y mejor infraestructura, equipamiento educativo, mayores
condiciones de acceso a la educación: primaria, secundaria y superior. La
educación para los Urus es una estrategia terminar con la discriminación que
sufrieron desde tiempos de sus abuelos. En salud existe una demanda similar,
infraestructura, equipamiento, personal
especializado y otros aspectos necesarios para asegurar el bienestar de las
familias.
Hasta aquí, hemos rememorado algunas de las
principales demandas de los Urus del lago Poopó en ocasión de la marcha que
protagonizaron en el mes de marzo de 2013. Seguro que los propios Urus informarán
en el momento oportuno los avances y logros que se han tenido hasta la fecha;
por nuestra parte conocemos que aún falta mucho camino por andar. Para ello se
requiere de mucha voluntad y sensibilidad por parte de las autoridades
estatales y otros actores sociales involucrados y comprometidos con la causa de
uno de los pueblos más antiguos de los Andes: LOS URUS DEL LAGO POOPÓ.
Marcelo Lara B.
UNIDAD DE CULTURAS - CEPA
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