La totora, como dijimos anteriormente, no
es solo un recurso natural con fines prácticos para los urus, sino también es
un símbolo de su identidad y cultura, ya que condensa un modo de vida e
historia de larga duración. En otras palabras, la totora es un símbolo por
excelencia que nos remite a la cultura de los “hombres del agua”, puesto que la
totora les ha permitido a los urus vivir por generaciones en el espacio
acuático. Los conocimientos y memoria histórica uru asociados a la totora se
han debilitado. Por ejemplo, en la actualidad, los urus han remplazado
materiales y técnicas para construir sus botes, que ya no son de totora, sino
de hojalata y madera. Otros objetos fabricados con totora han corrido la misma
suerte. Las nuevas generaciones de jóvenes y niños/as, simplemente ya no
conocen el khuru, la qisana, la khura uta, etc. Esto también significa que muchos conocimientos
propiamente urus asociados a la totora (técnicas, usos, historia social, etc.),
se están perdiendo.
Por tanto, queda la tarea de recuperar
todo aquello, como un fundamento para el fortalecimiento de los pueblos urus,
de su cultura e identidad. Esto ha sido asumido por las autoridades de la
Nación Originaria Uru (organización matriz que reúne a uru-chipayas, urus del
lago Poopó y urus-iruhitu), quienes han desarrollado, con apoyo del CEPA, el
taller de elaboración de balsas y otros objetos de totora. Para ello, fue
fundamental la participación de los maestros Lorenzo Inda de Iruhitu (LI),
Félix Mauricio (FM) y Daniel Moricio (DM) de Puñaka Tinta María; todos ellos
depositarios de un amplio conocimiento de la historia y cultura uru, además de
poseedores de las técnicas y saberes vinculados a la “cultura de la totora”.
Veamos ahora, con una breve descripción,
algunos de los objetos en totora elaborados en el taller:
La construcción de la
balsa estuvo a cargo del maestro Lorenzo Inda. Se construyó una balsa de unos 3
mts. de largo, apropiado para una o dos personas. El cuerpo de la balsa tiene
dos bloques laterales que, en Puñaka, se llaman “calles” (FM), y un bloque central más delgado llamado “chuyma” o corazón (LI). Estos bloques se
van uniendo firmemente con una cuerda. Por razones prácticas, Dn. Lorenzo
prefiere usar una cuerda de plástico que se halla en los mercados; algunos
maestros de Puñaka suelen preparar estas cuerdas de paja trenzada y le llaman “chala”. Poco a poco la balsa va tomado
forma, para lo cual hay que tesar las cuerdas repetidas veces de un lado y
otro. A medida de que se tesa, la totora se debe compactar con ayuda de los
pies, tal como lo hace Dn. Lorenzo. La forma de la balsa es gruesa por el
centro y delgada por las puntas. Las balsas que construye Dn. Lorenzo tienen
las puntas elevadas, en tanto que en el lago Poopó prefieren que las puntas
sean rectas, ya que tienen que atravesar los totorales cuando navegan por el
lago (DM). Las balsas con puntas elevadas son estéticamente más elegantes, pero
solo sirven para aguas profundas como en el lago Titicaca (LI).
El khuru es una especie de
cama o isla flotante sobre el cual vivían los urus al interior del lago en
tiempos antiguos (FM). Se dice que los khurus tenían grandes dimensiones y
podían albergar a varias familias. En el taller se construyó una muestra pequeña
de escaso espesor, ya que normalmente dicen que se construye de unos 60 a 80
cm. aproximadamente (FM). La construcción estuvo a cargo del maestro Félix
Mauricio de Puñaka. Primero colocó dos cuerdas de chala sobre las cuales fue
colocando fajos de totora en forma extendida, luego fue compactando la totora
atando por los bordes con la cuerda.
Finalmente se corta los bordes para que el khuru quede perfectamente
simétrico.
La khura uta es la antigua vivienda de los urus del lago, según narra
Dn. Daniel Moricio. En ocasión del taller se construyó una khura uta pequeña, ya que, normalmente eran muy grandes, donde
podían vivir hasta siete personas (DM). Pese a su avanzada edad, Dn. Daniel,
con mucho vigor, puso en práctica sus conocimientos de las técnicas de construcción,
ya que dicen que es uno de los últimos urus que conoce esto. Primeramente,
colocó, de forma extendida, varios fajos de totora y luego los fue uniendo con
un trenzado de la misma totora, tanto por la base como por la parte del medio.
Finalmente, fue dándole una forma cónica por la parte de arriba y de esa manera
la casa estaba construida.
Por el momento no podemos
extendernos más, pero en el futuro estaremos hablando de otros objetos en
totora que caracterizan a la cultura uru. Solo queremos recordar lo valioso de
este recurso para los urus, fuente de su identidad, historia y cultura como
“hombres del agua”. La totora es para los urus uno de los principales elementos
de su patrimonio natural y cultural.
Marcelo Lara B.
UNIDAD DE CULTURAS - CEPA
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