Hno.
Presidente, después de las jornadas del miércoles 21 y el jueves 22 (Tiahuanuku
–Palacio de Gobierno), las bolivianas y los bolivianos, hemos percibido que
finalmente has logrado concitar la atención del mundo entero, has logrado que
los ojos de todo el orbe, pongan particular atención a los resultados de dos
gestiones de gobierno de un indígena (originario) a la cabeza del nuevo Estado
Plurinacional de Bolivia.
Varios fueron los tópicos de tus discursos. Uno de los
hechos sobresalientes es sin duda el pasar de una república dependiente pro
capitalista con un alto índice de pobreza y con una economía deteriorada
envuelta en un alto índice de desocupación a un Estado Plurinacional donde los
siempre excluidos y marginados aún pueden aguardar mejores días con esperanza.
Superando todo
el negro panorama expresado en tu discurso, nos dices que hoy las bolivianas y
bolivianos hemos recuperado la dignidad; que hemos pasado a ser gobernados de
una casta gobernante señorial y excluyente, a un Estado liderado por los
movimientos sociales (obreros , campesinos, gremiales y mineros); que los
beneficios de la nacionalización de nuestros recursos naturales hoy son para el
pueblo; que hemos dejado de ser un país mendigo; que hemos recuperado la
identidad cultural; que hoy ya no gobiernan los gringos ni los banqueros y que
el timón del Estado hoy está en manos de los “indios”; aunque más me hubiera
gustado que dijeras que estamos en manos de originarios, porque eso somos. Somos quechuas, aymaras y/o tupiguaraníes (36
nacionalidades). Que la función de gobernar ya no es negocio, sino un servicio.
Quizás esté olvidando uno que otro tópico que sin lugar a dudas es importante
para la vida de nuestro país.
Seguramente
que muchos bolivianos(as) como yo, no te aceptamos a fardo cerrado todo lo
expresado en tus discursos, porque hay tópicos que simplemente los han impuesto
a tu Gobierno, tu sabes quiénes, ej. la Ley Minera. Prudentemente, has reconocido que en el tema de la justicia el
país está mal y has apelado a que una reforma constitucional, legitimada por la
decisión del pueblo, le proporcionaría una mejora sustancial en materia de
administrar la justicia en el país. Si de reformas hablas, que no sea
simplemente para tocar el tema de la justicia, sino que se vea también el tema
por ej. de los transgénicos. La implementación de los transgénicos en la
producción agrícola del país, vendría a ser la expresión más pura del
capitalismo que busca excedentes económicos sin importar cómo quede después la
tierra. Generar ingentes cantidades de ganancia a través de la agricultura es
obedecer una de las reglas fundamentales del capitalismo puro.
Sin embargo,
quisiera que nos centremos en un tema tan importante como vital que han tocado
cada cual en sus discursos (Evo – Álvaro). Es el tema de la “reciprocidad con
la Madre Tierra”:
“…Nuestra cultura es el
capital más valioso para reconstruir nuestro ‘ayllu’ para que los hijos de la
Pachamama puedan respirar alegres, aire limpio y beber agua no contaminada…”
“…Entonces se trata de
restablecer el equilibrio entre el ser humano y el ser humano con la Madre
Tierra, restablecer el equilibrio entre hombres y mujeres, como condición para
restablecer el equilibrio entre los seres humanos y la Madre Tierra, nuestra
Pachamama…”
(Evo Morales: Pachakuti,
retorno del equilibrio y la igualdad)
“…El socialismo de nuestros
pueblos indígenas, se conjunciona con las características comunitarias,
rescatando las prácticas indígenas de diálogo y convivencialidad con la Madre
Tierra y este modelo es la única solución real a la catástrofe ambiental que amenaza la vida entera en el planeta…”
(Alvaro García L. :
Socialismo comunitario)
Estas
expresiones son lo sustancial del mensaje presidencial en un nuevo aniversario
del nuevo Estado Plurinacional. Este es el extremo que concitó la atención del
mundo entero, esta es la diferencia cualitativa con el capitalismo. No
obstante, estos caros anhelos no serán posibles sin una real reflexión en torno
de cómo aproximarnos al equilibrio con la Madre Tierra. Una de esas tareas
será, por ejemplo, discutir y compatibilizar, - para luego ponerla en
práctica,- la Ley de Medio Ambiente a la
Constitución Política del Estado.
Hermano
Presidente, la reciprocidad con la Madre Tierra no vendrá sino a través de la
aprobación y puesta en práctica de la Ley Marco de Aguas para la Vida, que el
país exige desde hace mucho tiempo. Es vital, no alcanzaremos el equilibrio con
la Madre Tierra, si no se hace lo primero, lo fundamental: asegurar el agua
para la vida. Cuidado que la realidad nos encuentre incoherentes.
De modo que,
si quieres que algo quede de aquellos festivos y nos aproximemos al tan
anhelado equilibrio con la Madre Tierra, posibilita de una vez por todas el
tratamiento de la nueva Ley de Aguas, habida cuenta además que tienes gente
nueva, tanto en los ministerios como en la Asamblea Plurinacional. Entre tanto,
simplemente te tomamos la palabra, Hno. Presidente.
Clemente Paco
Huanca
Unidad de
Justicia Socio Ambiental - CEPA
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